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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

martes, 16 de octubre de 2012

Año de la Fe. Misa por la nueva evangelización.


MISA POR LA NUEVA EVANGELIZACIÓN MISSA PRO NOVA EVANGELIZATIONE
Antífona de entrada Cf. Ps 104, 3-4. 5
Gloriaos en su santo nombre, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y su poder, recordad las maravillas que hizo.
Ant. ad introitum Cf. Ps 104, 3-4. 5
Laudámini in nómine sancto eius, lætétur cor quæréntium Dóminum. Quærite Dóminum et poténtiam eius, mementóte mirabílium eius, quæ fecit.
Oración colecta
Dios nuestro, que por el poder del Espíritu Santo enviaste a tu Verbo para evangelizar a los pobres, haz que nosotros, teniendo los ojos fijos en Él, vivamos siempre con caridad auténtica, como mensajeros y testigos de su Evangelio en todo el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Collecta
Deus, qui, virtúte Spíritus Sancti, Verbum tuum paupéribus evangelizáre misísti, fac nos, óculis in eum inténtis, in caritáte non ficta semper vívere, eius Evangélii præcónes ac testes in univérso mundo effécti. Per Dóminum

LITURGIA DE LA PALABRA LITURGIA VERBI
Primera Lectura
La gloria del Señor se muestra a todas sus obras
Lectura del libro del Eclesiástico 42, 17-24

Aun los santos de Dios no bastaron
para contar las maravillas del Señor.
Dios fortaleció sus ejércitos,
para que estén firmes en presencia de su gloria.
Sondea el abismo y el corazón,
penetra todas sus tramas,
declara el pasado y el futuro
y revela los misterios escondidos.
No se le oculta ningún pensamiento
ni se le escapa palabra alguna.
Ha establecido el poder de su sabiduría,
es el único desde la eternidad;
no puede crecer ni menguar
ni le hace falta un maestro.
¡Qué amables son todas tus obras!;
y eso que no vemos más que una chispa.
Todas viven y duran eternamente
y obedecen en todas sus funciones.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Lectio Prima
Gloria Domini plenum est opus eius.
Léctio libri Sirácide 42, 17-24

Non valent sancti Dómini
enarráre ómnia mirabília éius.
Confirmávit Dóminus exércitus suos
stabilíri coram glória sua.
Abýssum et cor hóminum investigávit
et in astútia eorum excogitávit.
Cognóvit enim Dóminus omnem sciéntiam
et inspéxit in signum ævi
annúntians, quæ præteriérunt et quæ superventúra sunt,
et revélans vestígia occultórum.
Non præterit illum ómnis cogitátus,
et non abscóndit se ab eo ullus sermo.
Magnália sapiéntiæ suæ ordinávit,
únicus est ante sæ ́culum et úsque in sæ ́culum;
néque augétur néque minúitur
et non eget alícuius consílio.
Quam desiderabília ómnia ópera éius,
et tamquam scintílla spectátu!
Omnia hæc vivunt et manent in sæculum,
et in omni necessitáte ómnia obáudiunt ei.

Verbum Dómini.
Deo gratias.
Salmo responsorial Del Salmo 21
R/. Anunciaré tu nombre a mis hermanos.

El Señor es mi alabanza en la gran asamblea;
cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los pobres comerán y quedarán saciados,
alabarán al Señor los que lo buscan. R/.Anunciaré tu nombre a mis hermanos.

Recordarán y volverán al Señor
todos los confines de la tierra.
Me hará vivir para él,
lo servirá mi descendencia. R/.
Anunciaré tu nombre a mis hermanos.

Se hablará del Señor a la generación que viene;
anunciarán su justicia;
al pueblo que nacerá dirán:
¡Aquí está la obra del Señor! R/.
Anunciaré tu nombre a mis hermanos.
Psalmus responsorius Ps 21, 26-27a. 28ab. 30c. 31-32
R/. Narrábo nomen tuum frátribus meis.

Apud te laus mea in ecclésia magna;
vota mea reddam in conspéctu timéntium eum.
Edent páuperes et saturabúntur,
et laudábunt Dóminum, qui requírunt eum. R/.
Narrábo nomen tuum frátribus meis.

Reminiscéntur et converténtur ad Dóminum
univérsi fines terræ.
Anima autem mea illi vivet,
semen meum sérviet ipsi. R/.
Narrábo nomen tuum frátribus meis.

Narrábitur de Dómino generatióni ventúræ;
annuntiábunt iustítiam eius pópulo,
qui nascétur:
«Hæc fecit Dóminus!». R/.
Narrábo nomen tuum frátribus meis.
Segunda Lectura
Por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 12-17

Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Lectio Secunda
Induite vos caritatem, quod est vinculum perfectionis.
Léctio Epístolæ beáti Pauli apóstoli ad Colossénses 3, 12-17

Fratres:
Indúite vos ergo, sicut elécti Dei, sancti et dilécti, víscera misericórdiæ, benignitátem, humilitátem, mansuetúdinem, longanimitátem, supportántes ínvicem et donántes vobis ipsis, si quis advérsus áliquem habet querélam; sicut et Dóminus donávit vobis, ita et vos; super ómnia autem hæc: caritátem, quod est vínculum perfectiónis. Et pax Christi dominétur in córdibus vestris, ad quam et vocáti estis in uno córpore. Et grati estóte.
Verbum Christi hábitet in vobis abundánter, in omni sapiéntia docéntes et commonéntes vosmetípsos psalmis, hymnis, cánticis spirituálibus, in gratia cantántes in córdibus vestris Deo; et omne, quodcúmque fácitis in verbo aut in ópere, ómnia in nómine Dómini Iesu grátias agéntes Deo Patri per ipsum.

Verbum Dómini.
Deo gratias.
Aclamación al Evangelio Cf. Hch 5,42
R/. Aleluya.
Cada día, en el Templo y en las casas, los apóstoles no cesaban de enseñar y anunciar que Jesús es el Cristo.
R/. Aleluya.
Alleluia Cf. Act 5, 42
R/. Alleluia.
Omni die in templo et circa domos apóstoli non cessábant docéntes et evangelizántes Christum, Iesum.
R/. Alleluia.
Evangelio
Hoy se cumple esta Escritura
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 14-22a
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
–«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelium
Spiritus Domini super me.
+ Léctio sancti Evangélii secúndum Lucam 4, 14-22a
Gloria tibi, Dómine.

In illo témpore:
Regréssus est Iesus in virtúte Spíritus in Galilæam. Et fama éxiit per univérsam regiónem de illo. Et ipse docébat in synagógis
eórum et magnificabátur ab ómnibus.
Et venit Názareth, ubi erat nutrítus, et intrávit secúndum consuetúdinem suam die sábbati in synagógam et surréxit légere. Et tráditus est illi liber prophetæ Isaíæ; et ut revólvit librum, invénit locum, ubi scriptum erat:
«Spíritus Dómini super me; propter quod unxit me evangelizáre paupéribus, misit me prædicáre captívis remissiónem et cæcis visum, dimíttere confráctos in remissióne, prædicáre annum Dómini accéptum».
Et cum plicuísset librum, réddidit minístro et sedit; et ómnium in synagóga óculi erant intendéntes in eum. Cœpit autem dícere ad illos:
«Hódie impléta est hæc Scriptúra in áuribus vestris».
Et omnes testimónium illi dabant et mirabántur in verbis grátiæ, quæ procedébant de ore ipsíus.

Verbum Dómini.
Laus tibi, Christe.

Oración sobre las ofrendas
Te rogamos, Señor, que santifiques estos dones y acojas, en tu bondad, nuestra humilde ofrenda para que nuestros cuerpos lleguen a ser un sacrificio vivo, santo y agradable a tí y nos concedas servirte, no como el hombre viejo, sino en novedad de vida, según tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor
Super oblata
Propítius, quæsumus, Dómine, hæc dona sanctífica et obséquium humilitátis nostræ benígnus inténde ut córpora nostra hóstiam vivéntem, sanctam, tibi placéntem fiant et non ratióne véteris hóminis sed secúndum Spíritum tuum in novitáte vitæ nos fácias servíre. Per Christum.
PREX EUCHARISTICA PRO VARIIS NECESSITATIBUS III.
Antífona de comunión Cf. Lc 4, 18-19
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para evangelizar, para proclamar el año de gracia del Señor y el día de la redención.
Ant. ad communionem Cf. Lc 4, 18-19
Spíritus Dómini super me, propter quod unxit me evangelizáre, prædicáre annum Dómini accéptum, et diem redemptiónis.
Oración después de la comunión
Renovados con el alimento precioso del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que transformes nuestro corazón y nos concedas un espíritu nuevo, para que caminemos fielmente en novedad de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Post communionem
Fílii tui Córporis et Sánguinis prætiósi alimónia mente renovátis, da nobis, quæsumus, Dómine, cor áliud et spíritum novum ut in novitáte vitæ perseveránter ambulémus. Per Christum.


martes, 24 de abril de 2012

Misa en el aniversario de la dedicación de una iglesia, fuera de la iglesia dedicada.

Se celebra como fiesta en toda la diócesis, en el aniversario de la Dedicación del la Iglesia Catedral.

COMÚN DE LA DEDICACIÓN DE UNA IGLESIA.
EN EL ANIVERSARIO DE LA DEDICACIÓN
II. Fuera de la iglesia dedicada

Antífona de entrada Ap 21, 2
Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo [T. P. Aleluya].
Vidi civitátem sanctam, Ierúsalem novam, descendéntem de caelo a Deo, parátam sicut sponsam ornátam viro suo (T.P. Allelúia).
O bien: Ap 21, 3
He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el «Dios con ellos» será su Dios [T. P. Aleluya].
Ecce tabernáculum Dei cum homínibus! Et habitábit cum eis, et ipsi pópulus eius erunt, et ipse Deus cum eis erit eórum Deus (T.P. allelúia).

Monición de entrada
Celebramos hoy el aniversario de la dedicación de la iglesia-catedral de nuestra diócesis de N.
Allí se hace visible la Iglesia local, cuando la asamblea es presidida por el obispo, rodeado de su presbiterio y con la activa y plena participación del pueblo santo de Dios. La sede del obispo es la cátedra, símbolo de su misión de pastor y maestro en la fe, responsable principal del anuncio del Evangelio en la diócesis. En la iglesia-catedral, con ocasión de la solemnidad de la Pascua, el obispo bendice los santos óleos, con que son ungidos los fieles en diversas celebraciones eclesiales. Allí son ordenados los ministros de la Iglesia, imponiéndoles el obispo las manos, para que sean colaboradores suyos en la diversas comunidades de a diócesis. Todos nosotros, como piedras vivas, entramos en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado.

Acto penitencial
- Tú, que has venido a reunir a los hijos de Dios dispersos en la unidad de tu Iglesia: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú, la piedra desechada por los constructores que ha venido a ser la piedra angular de la Iglesia: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú, que con el Padre y el Espíritu Santo habitas en nosotros como en tu propio templo: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad

Se dice Gloria.

Oración colecta
Oh, Dios, que preparas una morada eterna a tu majestad con piedras vivas y elegidas, multiplica en tu Iglesia la gracia que le has dado, de modo que tu pueblo fiel crezca siempre para la edificación de la Jerusalén del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Collecta
Deus, qui de vivis et eléctis lapídibus aetérnum habitáculum tuae praeparas maiestáti, multíplica super Ecclésiam tuam grátiam, quam dedísti, ut fidélis tibi pópulus in caeléstis aedificatiónem Ierúsalem semper accréscat. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, que has querido que tu esposa se llamara Iglesia, haz que el pueblo reunido en tu nombre te venere, te ame, te siga y, guiado por ti, llegue al cielo que le has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.
Vel:
Deus, qui Ecclésiam tuam sponsam vocáre dignátus es, da, ut plebs nómini tuo insérviens te tímeat, te díligat, te sequátur et ad caeléstia promíssa, te ducénte, pervéniat. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del común del aniversario de la Dedicación de una iglesia (Lec. IV)

PRIMERA LECTURA (fuera de tiempo pascual) 1 Re 8, 22-23. 27-30
Tus ojos se hallen abiertos hacia este templo
Lectura del primer libro de los Reyes.

En aquellos días, Salomón se puso en pie ante el altar del Señor frente a de toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo y dijo:
«Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en los cielos ni abajo en la tierra, tú que guardas la alianza y la fidelidad a tus siervos que caminan ante ti de todo corazón. 
¿Habitará Dios con los hombres en la tierra? Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos este templo que yo te he erigido! 
Inclínate a la plegaria y a la súplica de tu siervo. Señor, Dios mío. Escucha el clamor y la oración que tu siervo entono hoy en tu presencia. Que día y noche tus ojos se hallen abiertos hacia este templo, hacia este lugar de que declaraste: "Allí estará mi Nombre". Atiende la plegaria que tu servidor entona en este lugar. Escucha la súplica de tu siervo y tu pueblo Israel entonen en este lugar. Escucha tú, hacia el lugar de tu morada, hacia el cielo, escucha y perdona».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

PRIMERA LECTURA (Tiempo pascual) Ap 21, 9b-14
Te mostraré la novia, la esposa del Cordero
Lectura del libro del Apocalipsis.

El Ángel me habló diciendo:
«Mira, te mostraré la novia, a la esposa del Cordero».
Y me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel.
Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, la poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 121, 1bc-2. 3-4. 8-9 (R.: cf. 1bc)
R. Vamos alegres a la casa del Señor
In domum Dómini laetantes íbimus
O bien: Aleluya.

V. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
In domum Dómini laetantes íbimus

V. Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
In domum Dómini laetantes íbimus

V. Por mis hermanos y compañeros
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
In domum Dómini laetantes íbimus

Aleluya (o versículo antes del Evangelio) 2 Crón 7, 16a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. He elegido y santificado este templo -dice el Señor- para que mi Nombre esté en él eternamente. R.
Elégi et sanctificávi locum istum, dicit Dóminus, tu sit nomen meum ibi in sempitérnum.

EVANGELIO Jn 2, 13-22
Hablaba del templo de su templo
Lectura del Santo Evangelio según San Juan.
R. Gloria a ti Señor.

Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito:
«El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos le replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Catecismo de la Iglesia Católica
1179 El culto "en espíritu y en verdad" (Jn 4, 24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los hijos de los hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que ellos son las "piedras vivas", reunidas para "la edificación de un edificio espiritual" (1 P 2, 4-5). El Cuerpo de Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva. Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, "somos el templo de Dios vivo" (2 Co 6, 16).
1180 Cuando el ejercicio de la libertad religiosa no es impedido (cf DH 4), los cristianos construyen edificios destinados al culto divino. Estas iglesias visibles no son simples lugares de reunión, sino que significan y manifiestan a la Iglesia que vive en ese lugar, morada de Dios con los hombres reconciliados y unidos en Cristo.
1181 "En la casa de oración se celebra y se reserva la sagrada Eucaristía, se reúnen los fieles y se venera para ayuda y consuelo de los fieles la presencia del Hijo de Dios, nuestro Salvador, ofrecido por nosotros en el altar del sacrificio. Debe ser hermosa y apropiada para la oración y para las celebraciones sagradas" (PO 5; cf SC 122-127). En esta "casa de Dios", la verdad y la armonía de los signos que la constituyen deben manifestar a Cristo que está presente y actúa en este lugar (cf SC 7):
1182 El altar de la Nueva Alianza es la Cruz del Señor (cf Hb 13, 10), de la que manan los sacramentos del Misterio pascual. Sobre el altar, que es el centro de la Iglesia, se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos sacramentales. El altar es también la mesa del Señor, a la que el Pueblo de Dios es invitado (cf IGMR 259). En algunas liturgias orientales, el altar es también símbolo del sepulcro (Cristo murió y resucitó verdaderamente).
1183 El tabernáculo debe estar situado "dentro de las iglesias en un lugar de los más dignos con el mayor honor" (MF). La nobleza, la disposición y la seguridad del tabernáculo eucarístico (SC 128) deben favorecer la adoración del Señor realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
El Santo Crisma (Myron), cuya unción es signo sacramental del sello del don del Espíritu Santo, es tradicionalmente conservado y venerado en un lugar seguro del santuario. Se puede colocar junto a él el óleo de los catecúmenos y el de los enfermos.
1184 La sede del obispo (cátedra) o del sacerdote "debe significar su oficio de presidente de la asamblea y director de la oración" (IGMR 271).
El ambón: "La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la liturgia de la Palabra, se vuelva espontáneamente la atención de los fieles" (IGMR 272).
1185 La reunión del pueblo de Dios comienza por el Bautismo; por tanto, el templo debe tener lugar apropiado para la celebración del Bautismo y favorecer el recuerdo de las promesas del bautismo (agua bendita).
La renovación de la vida bautismal exige la penitencia. Por tanto el templo debe estar preparado para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo cual exige asimismo un lugar apropiado.
El templo también debe ser un espacio que invite al recogimiento y a la oración silenciosa, que prolonga e interioriza la gran plegaria de la Eucaristía.
1186 Finalmente, el templo tiene una significación escatológica. Para entrar en la casa de Dios ordinariamente se franquea un umbral, símbolo del paso desde el mundo herido por el pecado al mundo de la vida nueva al que todos los hombres son llamados. La Iglesia visible simboliza la casa paterna hacia la cual el pueblo de Dios está en marcha y donde el Padre "enjugará toda lágrima de sus ojos" (Ap 21, 4). Por eso también la Iglesia es la casa de todos los hijos de Dios, ampliamente abierta y acogedora.
1561 (...) la Eucaristía celebrada por el obispo tiene una significación muy especial como expresión de la Iglesia reunida en torno al altar bajo la presidencia de quien representa visiblemente a Cristo, Buen Pastor y Cabeza de su Iglesia (cf SC 41; LG 26).

Oración de los fieles
Oremos al Señor nuestro Dios a quien los cielos y la tierra no pueden contener.
- Para que el Señor que habita en su Iglesia, la conserve serena entre las tempestades de este mundo y haga de ella verdadera morada de Dios entre los hombres. Roguemos al Señor.
- Para que todos los cristianos, como piedras vivas cimentadas sobre Cristo, la piedra angular, seamos transformados por él como ofrenda permanente. Roguemos al Señor.
- Para que las familias sin hogar a causa de la guerra, la violencia, la migración o los desastres naturales encuentren en nosotros la ayuda y la acogida que necesitan. Roguemos al Señor.
- Para que cuantos nos reunimos hoy en esta casa de oración y cuantos se congregan en las demás iglesias del mundo vivamos todos en caridad fraterna y formemos el templo santo donde reside la gloria de Dios. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que te dignas tener una morada entre nosotros, escucha nuestras oraciones y concede con bondad cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, esta ofrenda y concede a los que te invocamos la gracia de los sacramentos y el fruto de nuestros ruegos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Súscipe, quaesumus, Dómine, munus oblátum, et poscéntibus concéde, ut hic sacramentórum virtus et votórum obtineátur efféctus. Per Christum.

Prefacio: El misterio de la Iglesia, que es esposa de Cristo y templo del Espíritu.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque generosamente te dignas habitar en toda casa consagrada a la oración, para hacer de nosotros, con la ayuda constante de tu gracia, templo del Espíritu Santo, resplandeciente por la santidad de vida.
Con tu acción constante santificas a la Iglesia, esposa de Cristo, representada en edificios visibles, para colocarla en el cielo para gloria tuya, como madre gozosa por la multitud de sus hijos.
Por eso, con los santos y con todos los ángeles, te alabamos, diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: Qui domum oratiónis muníficus inhabitáre dignáris, ut, grátia tua perpétuis fovénte subsídiis, templum Spíritus Sancti ipse nos perfícias, acceptábilis vitae splendóre corúscans.
Sed et visibílibus aedifíciis adumbrátam, Christi sponsam Ecclésiam perénni operatióne sanctíficas, ut, innumerábili prole mater exsúltans, in glóriam tuam collocétur in caelis.
Et ídeo, cum Sanctis et Angelis univérsis, te collaudámus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...


Antífona de la comunión Cf. 1 Pe 2, 5
Como piedras vivas entráis en la construcción de una casa espiritual, un sacerdocio santo [T. P. Aleluya].
Tamquam lápides vivi superaedificámini, domus spiritális, sacerdótium sanctum (T.P. allelúia).
O bien: Cf. Mt 21, 13; Lc 11, 10
Mi casa será casa de oración, dice el Señor: en ella todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llama se le abre [T. P. Aleluya].
Domus mea, domus orátionis vocábitur, dicit Dóminus: in ea omnis qui petit, áccipit; et qui quaerit, ínvenit; et pulsánti aperiétur (T.P. allelúia).

Oración después de la comunión
Oh, Dios, que has querido hacer de tu Iglesia signo temporal de la Jerusalén del cielo, concédenos, por la participación en este sacramento, ser transformados en templo de tu gracia y entrar en la morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, qui nobis supérnam Ierúsalem per temporále Ecclésiae tuae signum adumbráre voluísti, da, quaesumus, ut, huius participatióne sacraménti, nos tuae grátiae templum effícias, et habitatiónem glóriae tuae íngredi concédas. Per Christum.

Se puede usar la fórmula de la bendición solemne
Dedicación de una iglesia y en el aniversario
Dios, Señor del cielo y de la tierra, que os ha congregado hoy para celebrar el aniversario de la dedicación de la iglesia de N., multiplique sobre vosotros las bendiciones del cielo.
Deus, Dóminus caeli et terrae, qui vos hódie ad huius domus dedicatiónem adunávit, ipse vos caelésti benedictióne fáciat abundáre.
R. Amén.
Él, que quiso reunir en su Hijo a todos los hijos dispersos, haga de vosotros templo suyo y morada del Espíritu Santo.
Concedátque vobis fíeri templum suum et habitáculum Spíritus Sancti, qui omnes fílios dispérsos vóluit in Fílio suo congregári.
R. Amén.
Para que así, felizmente purificados de toda mancha, podáis tener en vosotros a Dios como huésped y poseer, con todos los santos, la herencia de la eterna dicha.
Quátenus felíciter emundáti, habitatórem Deum in vobismetípsis possítis habére, et aetérnae beatitúdinis hereditátem cum ómnibus Sanctis possidére.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Et benedíctio Dei omnipoténtis, Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti, descéndat super vos et máneat semper.
R. Amén

jueves, 12 de abril de 2012

Misa por el Papa.

POR EL PAPA
sobre todo en el aniversario de la elección
Esta misa se dice, con vestiduras de color blanco, en el aniversario de la elección del Papa, allí donde tengan lugar celebraciones especiales, fuera de los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, de las solemnidades, del Miércoles de Ceniza y de la Semana Santa.

Antífona de entrada Mt 16, 18
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos.
Tu es Petrus, et super hanc petram aedificábo Ecclésiam meam, et portae ínferi non praevalébunt advérsus eam, et tibi dabo claves regni caelórum.

Monición de entrada
Cristo ha querido edificar su Iglesia sobre la roca de Pedro y sus sucesores, los papas. Ellos, con su magisterio y su gobierno, aseguran a la Iglesia la integridad de la fe y la rectitud de su actuación, y son principio y fundamento perpetuo y visible de unidad.

(Se dice Gloria)

Oración colecta
Oh, Dios, que por designio de tu providencia quisiste edificar tu Iglesia sobre el bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles, mira con amor a nuestro papa N., y tú, que lo has constituido sucesor de Pedro, concédele la gracia de ser principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión de tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui providéntiae tuae consílio super beátum Petrum, céteris Apóstolis praepósitum, Ecclésiam tuam aedificári voluísti, réspice propítius ad Papam nostrum N., et concéde, ut, quem Petri constituísti successórem, pópulo tuo visíbile sit unitátis fídei et communiónis princípium et fundaméntum. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira con bondad a tu siervo N., a quien pusiste al frente de tu Iglesia como pastor; concédele que su palabra y su ejemplo aprovechen al pueblo que preside, para que llegue a la vida eterna junto con el rebaño que le ha sido confiado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, ómnium fidélium pastor et rector, fámulum tuum N., quem pastórem Ecclésiae tuae praeésse voluísti, propítius réspice; da ei, quaesumus, verbo et exémplo, quibus praeest profícere, ut ad vitam, una cum grege sibi crédito, pervéniat sempitérnam. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, que para suceder al apóstol Pedro elegiste a tu siervo N. para que fuese pastor de todo el rebaño, escucha la plegaria de tu pueblo y concede, al que hace las veces de Cristo en la tierra, confirmar a sus hermanos y que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad, del amor y de la paz, hasta que todos encuentren en ti, Pastor de los hombres, la verdad y la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui in apóstoli Petri successióne fámulum tuum N. elegísti totíus gregis esse pastórem, supplicántem pópulum intuére propítius, et praesta, ut, qui Christi vices gerit in terris, fratres confírmet, et omnis Ecclésia cum ipso commúnicet in vínculo unitátis, amóris et pacis, quátenus in te, animárum pastóre, omnes veritátem et vitam assequántur aetérnam. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Jer 1, 4-9
Irás adonde yo te envíe
Lectura del libro de Jeremías.

El Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones».
Yo repuse:
«¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que solo soy un niño».
El Señor me contestó:
«No digas que eres un niño, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» –oráculo del Señor–.
El Señor extendió la mano, tocó mi boca y me dijo:
«Voy a poner mis palabras en tu boca».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 26-3. 7-8a. 10 (R.: cf. 3)
R.
Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Annuntiate in omnibus populis mirabilia eius.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Annuntiate in omnibus populis mirabilia eius.

V. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Annuntiate in omnibus populis mirabilia eius.

V. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor;
aclamad la gloria del nombre del Señor. 
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Annuntiate in omnibus populis mirabilia eius.

V. Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». 
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Annuntiate in omnibus populis mirabilia eius.

En Tiempo Pascual:
PRIMERA LECTURA Hch 12, 1-11
Ahora sé realmente que el Señor me ha librado de las manos de Herodes
Lectura de los Hechos de los Apóstoles

En aquellos días, el rey Herodes decidió arrestar a algunos a los judíos, decidió detener también a Pedro. Eran los días de los Ácimos. Después de prenderlo, lo metió en la cárcel, entregándolo a la custodia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
Cuando Herodes iba a conducirlo al tribunal, aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocando a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo:
«Date prisa, levántate».
Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió:
«Ponte el cinturón y las sandalias».
Así lo hizo, y el ángel le dijo:
«Envuélvete en el manto y sígueme».
Salió y lo seguía, sin acabar de creerse que era realidad lo que hacía el ángel, pues se figuraba que estaba viendo una visión. Después de atravesar la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la ciudad, que se abrió solo ante ellos. Salieron y anduvieron una calle y de pronto se marchó el ángel.
Pedro volvió en sí y dijo:
«Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo de los judíos».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ex ómnibus terróribus meis erípuit me, Dóminus.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ex ómnibus terróribus meis erípuit me, Dóminus.

V. Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ex ómnibus terróribus meis erípuit me, Dóminus.

V. Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, 
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ex ómnibus terróribus meis erípuit me, Dóminus.

V. El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ex ómnibus terróribus meis erípuit me, Dóminus.

En celebraciones más solemnes:
SEGUNDA LECTURA 1 Pe 5, 1-4
Pastoread el rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

Queridos hermanos:
A los presbíteros entre vosotros, yo presbítero con ellos, testigo de la pasión de Cristo y participe de la gloria que se va a revelar, os exhorto: pastoread el rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, mirad por él, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con entrega generosa; no como déspotas con quienes os ha tocado en suerte, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño.
Y, cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona inmarcesible de la gloria.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Aleluya o Versículo antes del Evangelio Mt 16, 18
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Tu es Petrus, et super hanc petram aedificábo Ecclésiam meam, et portae ínferi non praevalébunt advérsum eam.

EVANGELIO Mt 16, 13-19
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomo la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se dice Credo)

Oración de los fieles
Recordando hoy al supremo Pastor de la Iglesia, elevemos nuestras súplicas al Padre por el papa, sucesor de san Pedro y por las necesidades de todos los hombres.
- Para que el Señor ilumine y sostenga en todo momento a nuestro papa N., en su servicio de magisterio, gobierno y caridad. Oremos.
- Para que en la Iglesia todos los creyentes vivan y crezcan en la comunión fraterna y sean, de esta forma, testigos creíbles de la caridad evangélica. Oremos.
- Para que los gobernantes no opongan resistencia a la difusión del Evangelio y promuevan siempre la concordia y la paz entre los pueblos. Oremos.
- Para que los enfermos y cuantos sufren encuentren en nosotros y en todos los hermanos un apoyo misericordioso y solidario. Oremos.
- Para que nuestra comunidad, reunida en torno al altar, sea fortalecida en la fe apostólica y atraiga con su testimonio a otros hermanos hacia la comunión eclesial. Oremos.
Escúchanos, Dios de bondad, y protege al papa que tú elegiste como pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.  

Oración sobre las ofrendas
Acepta propicio, Señor, los dones que ofrecemos, y dirige con protección continua a tu santa Iglesia, juntamente con nuestro papa N. a quien constituiste su pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oblátis, quaesumus, Dómine, placáre munéribus, et Ecclésiam tuam sanctam, una cum Papa nostro N., quem ipsi constituísti pastórem, assídua protectióne gubérna. Per Christum.

PREFACIO VIII DOMINICAL
DEL TIEMPO ORDINARIO
La Iglesia unificada por virtud y a imagen de la Trinidad
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la fuerza del Espíritu, a los hijos dispersos por el pecado; de este modo tu Iglesia, unificada por virtud y a imagen de la Trinidad, aparece ante el mundo como cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, para alabanza de tu infinita sabiduría.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quia fílios, quos longe peccáti crimen abstúlerat, per sánguinem Fílii tui Spiritúsque virtúte, in unum ad te dénuo congregáre voluísti: ut plebs, de unitáte Trinitátis adunáta, in tuae laudem sapiéntiae multifórmis Christi corpus templúmque Spíritus noscerétur Ecclésia.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de la comunión Jn 21, 15. 17
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?» «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Simon Ioánnis, díligis me plus his? Dómine, tu ómnia nosti; tu scis, Dómine, quia amo te.

Oración después de la comunión
Al participar en esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que, por la eficacia de este sacramento, confirmes a tu Iglesia en la unidad y en el amor, y guardes y protejas a tu siervo N., a quien encomendaste el oficio pastoral, junto con la grey que le fue confiada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Mensae caeléstis partícipes effécti, súpplices te, Dómine, deprecámur, ut, huius virtúte mystérii, Ecclésiam tuam in unitáte et caritáte confírmes, et fámulum tuum N., cui pastorále munus tradidísti, una cum commísso sibi grege salves semper et múnias. Per Christum.

martes, 20 de marzo de 2012

Misa en el aniversario de la muerte del ultimo obispo

Cada año, según venerable tradición, se recuerda con la celebración de la misa el aniversario del último Obispo fallecido, a no ser que haya sido trasladado a otra sede. (Ceremonial de los Obispos n. 1168).

MISA DE DIFUNTOS. EN EL ANIVERSARIO. Fuera del tiempo pascual. Oraciones por el obispo de la diócesis. MISSA DEFUNCTORUM. IN ANNIVERSARIO. Extra tempus paschale. Orationes pro Episcopo diocesano.
Antífona de entrada Ap 21, 4
Dios enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya no habrá más muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor, porque lo primero ha desaparecido.
Antiphona ad introitum Ap 21,4
Abstérget Deus omnem lácrimam ab óculis eórum, et mors ultra non erit, neque luctus, neque clamor, neque dolor erit ultra, quia prima transiérunt.
Oración colecta
Te pedimos, Dios todopoderoso, por el alma de tu siervo N., obispo, a quien encomendaste el cuidado de tu familia, para que entre en los gozos eternos de su Señor, acompañado del abundante fruto de su trabajo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Collecta
Da, quaesumus, omnípotens Deus, ut ánima fámuli tui N. epíscopi, cui famíliae tuae curam tradidísti, cum multíplici labóris fructu gáudia Dómini sui ingrediátur aetérna. Qui tecum.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 1, 23-27

Respondió Job: ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre, con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! «Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos lo verán.» ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!

Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
129,1-2.3-4.5-6a. 6b-7.8
R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

Desde lo hondo a ti grito, Señor:
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa. R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.
Espero en el Señor, espero en su palabra. Spero in Dóminum, spero in verbum eius.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta de S. Pablo a los Romanos 8,14-23

Hermanos:
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y si somos hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo.
Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

ALELUYA
Cf. Mt 11, 25
Benedíctus es, Pater, Dómine caeli et terrae, quia mystéria regni párvulis revelásti. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según S. Mateo 11, 25-30
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó: te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las ofrendas
Señor, imploramos humildemente tu inagotable clemencia, para que este sacrificio sirva ahora de perdón a tu siervo N., obispo, que lo ofreció a tu divina majestad durante su vida mortal por la salvación de los fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Super oblata
Imménsam cleméntiam tuam, Dómine, supplíciter implorámus, ut hoc sacrifícium, quod fámulus tuus N. epíscopus, dum esset in córpore, maiestáti tuae pro salúte fidélium óbtulit, ipsi nunc prosit ad véniam. Per Christum.

PREFACIO I DE DIFUNTOS
La esperanza de la resurrección en Cristo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Porque la vida de tus fieles, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
PRAEFATIO I DE DEFUNCTIS
De spe resurrectionis in Christo
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
In quo nobis spes beátae resurrectiónis effúlsit, ut, quos contrístat certa moriéndi condício, eósdem consolétur futúrae immortalitátis promíssio.
Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris huius incolátus domo, aetérna in caelis habitátio comparátur.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
Sanctus, Sanctus, Sanctus...
PLEGARIA EUCARÍSTICA III. PREX EUCHARISTICA III.
Antífona de comunión Cf. Jn 11, 25; 3, 36; 5, 24
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
Antiphona ad communionem Jn 11,25; 3,36; 5,24
Ego sum resurréctio et vita, dicit Dóminus. Qui credit in me, habet vitam aetérnam, et in iudícium non venit, sed tránsiet de morte ad vitam.
Oración después de la comunión
Señor, la implorada clemencia de tu misericordia sea provechosa al alma de tu siervo N., obispo, para que alcance, por este sacrificio, la unión eterna con Cristo, en quien esperó y a quien predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Post communionem
Prosit, quaesumus, Dómine, ánimae fámuli tui N. epíscopi misericórdiae tuae implórata cleméntia, ut Christi, in quo sperávit et quem praedicávit, aetérnum cápiat, his sacrifíciis, consórtium. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

domingo, 12 de febrero de 2012

Domingo 19 febrero 2012, Lecturas VII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del VII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B.

PRIMERA LECTURA
Por mi cuenta borraba tus crímenes

Lectura del libro de Isaías 43, 18-19. 21-22. 24b-25

Así dice el Señor:
«No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.
Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas.
Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.»

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Sal 40, 2-3. 4-5. 13-14
R. 

Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. Sana ánimam meam, Dómine, quia peccávi tibi.

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R.
Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. Sana ánimam meam, Dómine, quia peccávi tibi.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia, sáname,
porque he pecado contra ti.» R.
Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. Sana ánimam meam, Dómine, quia peccávi tibi.

A mí, en cambio, me conservas la salud,
siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén. Amén. R.
Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. Sana ánimam meam, Dómine, quia peccávi tibi.

SEGUNDA LECTURA
Jesús no fue primero «si» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-22

Hermanos:
¡Dios me es testigo!
La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no».
Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya.
Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros.
Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

ALELUYA
El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad. Evangelizáre paupéribus misit me Dóminus, prædicáre captívis remissiónem.

EVANGELIO
El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 1-12
Gloria a ti, Señor.

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
- «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
- «¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ... »
Entonces le dijo al paralítico:
- «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
- «Nunca hemos visto una cosa igual.»

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Catecismo de la Iglesia Católica
589 Jesús escandalizó sobre todo porque identificó su conducta misericordiosa hacia los pecadores con la actitud de Dios mismo con respecto a ellos (cf. Mt 9, 13; Os 6, 6). Llegó incluso a dejar entender que compartiendo la mesa con los pecadores (cf. Lc 15, 1 - 2), los admitía al banquete mesiánico (cf. Lc 15, 22 - 32). Pero es especialmente, al perdonar los pecados, cuando Jesús puso a las autoridades de Israel ante un dilema. Porque como ellas dicen, justamente asombradas, "¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?" (Mc 2, 7). Al perdonar los pecados, o bien Jesús blasfema porque es un hombre que pretende hacerse igual a Dios (cf. Jn 5, 18; Jn 10, 33) o bien dice verdad y su persona hace presente y revela el Nombre de Dios (cf. Jn 17, 6 - 26).
1421 El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo (cf Mc 2, 1  - 12), quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Este es finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos.
Sólo Dios perdona el pecado
1441 Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2, 7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2, 10) y ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2, 5; Lc 7, 48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres (cf Jn 20, 21  - 23) para que lo ejerzan en su nombre.
1442 Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su oración como en su vida y su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Sin embargo, confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado del "ministerio de la reconciliación" (2Co 5, 18). El apóstol es enviado "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo" quien, a través de él, exhorta y suplica: "Dejaos reconciliar con Dios" (2Co 5, 20).
1484 "La confesión individual e íntegra y la absolución continúan siendo el único modo ordinario para que los fieles se reconcilien con Dios y la Iglesia, a no ser que una imposibilidad física o moral excuse de este modo de confesión" (OP 31). Y esto se establece así por razones profundas. Cristo actúa en cada uno de los sacramentos. Se dirige personalmente a cada uno de los pecadores: "Hijo, tus pecados están perdonados" (Mc 2, 5); es el médico que se inclina sobre cada uno de los enfermos que tienen necesidad de él (cf Mc 2, 17) para curarlos; los restaura y los devuelve a la comunión fraterna. Por tanto, la confesión personal es la forma más significativa de la reconciliación con Dios y con la Iglesia.

Del Papa Benedicto XVI
La página evangélica que la liturgia presenta para nuestra meditación en este séptimo domingo del tiempo ordinario refiere el episodio del paralítico perdonado y curado (cf. Mc 2, 1-12). Mientras Jesús estaba predicando, entre los numerosos enfermos que le llevaban se encontraba un paralítico en una camilla. Al verlo, el Señor dijo: "Hijo, tus pecados quedan perdonados" (Mc 2, 5). Y puesto que al oír estas palabras algunos de los presentes se habían escandalizado, añadió: "Pues, para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo al paralítico–, a ti te digo: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa"" (Mc 2, 10-11). Y el paralítico se fue curado.
Este relato evangélico muestra que Jesús no sólo tiene el poder de curar el cuerpo enfermo, sino también el de perdonar los pecados; más aún, la curación física es signo de la curación espiritual que produce su perdón. Efectivamente, el pecado es una suerte de parálisis del espíritu, de la que solamente puede liberarnos la fuerza del amor misericordioso de Dios, permitiéndonos levantarnos y reanudar el camino por la senda del bien.
(...) invoquemos a la Virgen María, (...) a ella le pedimos (...) que nos ayude a entrar con las debidas disposiciones de espíritu en el tiempo de la Cuaresma, que comenzará el miércoles próximo con el sugestivo rito de la ceniza. Que María nos abra el corazón a la conversión y a la escucha dócil de la palabra de Dios. ÁNGELUS Domingo 22 de febrero de 2009