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domingo, 22 de enero de 2012

Plegaria Eucarística de la Reconciliación II.




PLEGARIAS EUCARÍSTICAS «DE LA RECONCILIACIÓN»
Las plegarias eucarísticas de la Reconciliación pueden usarse en las misas en las que se presenta a los fieles, de un modo particular, el misterio de la reconciliación, por ejemplo en las misas para fomentar la concordia, por la reconciliación, por las paz y la justicia, en tiempo de guerra o desorden, por el perdón de los pecados, para pedir la caridad, del misterio de la santa Cruz, de la santísima Eucaristía, de la preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y en las misas de tiempo de Cuaresma. Aunque disponen de prefacio propio, sin embargo, pueden usarse también con otros prefacios que hagan referencia a la penitencia y a la conversión, como por ejemplo, con los prefacios de Cuaresma.

PLEGARIA EUCARÍSTICA «DE LA RECONCILIACIÓN» II

1. V. El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
R. Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
V. Levantemos el corazón
Sursum corda.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Habémus ad Dóminum.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
En verdad es justo y necesario darte gracias y alabarte, Dios, Padre todopoderoso, por todo lo que haces en este mundo, por Jesucristo, Señor nuestro.
Pues en una humanidad dividida por las enemistades y las discordias, sabemos que tú diriges los ánimos para que se dispongan a la reconciliación.
Por tu Espíritu mueves los corazones de los hombres para que los enemigos vuelvan a la amistad, los adversarios se den la mano, los pueblos busquen la concordia.
Con tu acción eficaz consigues, Señor, que el amor venza al odio, la venganza deje paso a la indulgencia, y la discordia se convierta en amor mutuo.
Por eso, con los coros celestiales te damos gracias continuamente, y en la tierra proclamamos tu gloria diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est nos tibi grátias ágere atque laudes persólvere, Deus Pater omnípotens, pro ómnibus, quae in hoc mundo operáris, per Dóminum nostrum Iesum Christum.
Cum enim genus humánum dissensióne sit atque discórdia divísum, experiéndo tamen cognóvimus te ánimos fléctere, ut sint ad reconciliatiónem paráti.
Per Spíritum namque tuum pérmoves hóminum corda, ut inimíci íterum in collóquia véniant, adversárii manus coniúngant, pópuli sibi óbviam quaerant veníre.
Tua operánte virtúte fit étiam, Dómine, ut ódium vincátur amóre, últio cedat indulgéntiae, discórdia in mútuam dilectiónem convertátur.
Quaprópter cum choris caeléstibus grátias tibi indesinénter agéntes maiestáti tuae in terris sine fine clamámus:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt caeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

3. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
A ti, pues, Padre omnipotente, te bendecimos por Jesucristo, tu Hijo, que ha venido en tu nombre. El es la Palabra de salvación para los hombres, la mano que tiendes a los pecadores, el camino que nos conduce a tu paz.
Te ígitur, Pater omnípotens, benedícimus per Iesum Christum Fílium tuum, qui in tuo nómine venit. Ipse est pro homínibus Verbum salútis, manus, quam peccatóribus pórrigis, via, qua pax tua nobis praebétur.
Cuando nos habíamos apartado de ti por nuestros pecados, Señor, nos reconciliaste contigo, para que, convertidos a ti, nos amáramos unos a otros por tu Hijo, a quien entregaste a la muerte por nosotros.
Cum nosmetípsos a te, Dómine, propter peccáta nostra avertissémus, ad reconciliatiónem nos reduxísti, ut ad te tandem convérsi nos ínvicem diligerémus per Fílium tuum, quem in mortem pro nobis tradidísti.

3. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Y ahora, celebrando la reconciliación que Cristo nos trajo, te suplicamos:
Et nunc reconciliatiónem a Christo nobis allátam celebrántes, te deprecámur:
por la efusión de tu Espíritu santifica estos dones
Spíritus tui effusióne haec dona sanctífica,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
para que se conviertan en el Cuerpo y + la Sangre de tu Hijo, que nos mandó celebrar estos misterios.
ut fiant Corpus et + Sanguis Fílii tui, cuius mandátum implémus haec celebrántes mystéria.
Junta las manos.

4. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo, cuando iba a entregar su vida por nuestra liberación, sentado a la mesa,
Ipse enim, vitam cum esset datúrus, ut nos liberáret, discúmbens,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan en sus manos, y dando gracias te bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo:
accépit panem in manus suas et tibi grátias agens benedíxit, fregit dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
ACCÍPITE ET MANDUCATE EX HOC OMNES: HOC ESTE ENIM CORPUS MEUM, QUOD PRO VOBIS TRADETUR.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.

5. Después prosigue:
Del mismo modo, aquella noche,
Símili modo véspere illo
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó en sus manos el cáliz de la bendición y, proclamando tu misericordia, se lo dio a sus discípulos, diciendo:
accépit cálicem benedictiónis in manus suas, tuam cónfitens misericórdiam dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ACCÍPITE ET BÍBITE EX EO OMNES: HIC EST ENIM CALIX SÁNGUINIS MEI NOVI ET AETÉRNI TESTAMENTI, QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.
HOC FÁCITE IN MEAM COMMEMORATIONEM.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

6. Luego dice:
Éste es el Misterio de la fe.
Mystérium fídei:
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Mortem tuam annuntiámus, Dómine, et tuam resurrectiónem confitémur, donec vénias.
O bien:
Aclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Quotiescúmque manducámus panem hunc et cálicem bíbimus, mortem tuam annuntiámus, Dómine, donec vénias.
O bien:
Proclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Sálvanos, Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Salvátor mundi, salva nos, qui per crucem et resurrectiónem tuam liberásti nos.

7. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Así pues, al celebrar el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, que nos dejó esta prenda de su amor, te ofrecemos lo que tú nos entregaste, el sacrificio de la reconciliación perfecta.
Memóriam ígitur agéntes Fílii tui mortis et resurrectiónis, qui hoc pignus dilectiónis suae nobis relíquit, tibi quod nobis tribuísti offérimus perféctae reconciliatiónis sacrifícium.

Te pedimos humildemente, Padre Santo, que nos aceptes también a nosotros, juntamente con tu Hijo, y en este banquete salvífico concédenos el mismo Espíritu, que haga desaparecer toda enemistad entre nosotros.
Pater sancte, súpplices deprecámur, ut nos quoque accéptos hábeas cum Fílio tuo et in hoc salutári convívio eiúsdem Spíritum nobis praestáre dignéris, qui ómnia áuferat quae nos ínvicem aliénant.

Que este Espíritu haga de tu Iglesia signo de unidad e instrumento de tu paz entre los hombres, y nos guarde en comunión con nuestro papa N., con nuestro obispo N.,
Ipse Ecclésiam tuam inter hómines signum effíciat unitátis pacísque tuae instruméntum, et nos in communióne consérvet cum Papa nostro N. et Antístite nostro N.
Aquí se puede hacerse también mención del obispos coadjutor o de los obispos auxiliares: [con el obispo coadjutor (auxiliar) N. o bien: y sus obispos auxiliares. El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: conmigo, indigno siervo tuyo. o bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario diocesano, dice: con mi hermano N., obispo de esta Iglesia de N., y conmigo, indigno siervo tuyo.]
con los demás obispos y con todo tu pueblo.
et cunctis Epíscopis et univérso pópulo tuo.

Así como nos has congregado ahora, en torno a la mesa de tu Hijo, reúnenos con la gloriosa Virgen María, Madre de Dios, con tus apóstoles y con todos los santos, con nuestros hermanos y con los hombres de toda raza y lengua, que murieron en tu amistad, en el banquete de la unidad eterna, en los cielos y en la tierra nueva, donde brilla la plenitud de tu paz,
Quemádmodum nunc ad mensam Fílii tui nos congregásti, ita nos cóllige cum gloriósa Dei Genetríce Vírgine María, beátis Apóstolis tuis et ómnibus Sanctis, cum frátribus nostris, atque homínibus cuiúsvis stirpis et sermónis in tua amicítia defúnctis, ad perpétuae unitátis convívium, in caelis novis et terra nova, ubi plenitúdo pacis tuae refúlget,
Junta las manos.
en Jesucristo, Señor nuestro.
in Christo Iesu Dómino nostro.

8. Toma la patena con el pan consagrado, y el cáliz, los eleva, y dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Per ipsum, et cum ipso, et in ipso, est tibi Deo Patri omnipoténti, in unitáte Spíritus Sancti, omnis honor et glória per omnia saecula saeculórum.
El pueblo aclama:
Amén.
Después sigue el rito de la comunión.

lunes, 2 de enero de 2012

26 de junio. San Josemaría Escrivá, presbítero.

La memoria de san Josemaría, presbítero (fundador de la actual Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), se celebra el 26 de junio, que fue su "Dies natalis". Dependiendo de los lugares se celebra como solemnidad, fiesta, memoria obligatoria o memoria libre. Durante el tiempo ordinario se puede celebrar como votiva, por ejemplo el 9 de enero (nacimiento), 17 de mayo (beatificación), 6 de octubre (canonización), o el 26 de cada mes, etc.

SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER, PRESBÍTERO.

Antífona de entrada Jr 3, 15
Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia.
Dabo vobis pastóres iuxta cor meum, et pascent vos sciéntia et doctrina.

Monición de entrada
Celebramos hoy a san Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero, fundador de la prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que en el siglo XX proclamó la llamada universal a la santidad y al apostolado, enseñando a hacer del propio trabajo lugar de encuentro con Dios.

(Se dice Gloria.)

Oración colecta
Oh Dios, que has suscitado en la Iglesia a san Josemaría, sacerdote, para proclamar la vocación universal a la santidad y al apostolado, concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que en el ejercicio del trabajo ordinario nos configuremos a tu Hijo Jesucristo y sirvamos con ardiente amor a la obra de la Redención. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui sanctum Iosephmaríam, presbýterum, universális vocatiónis ad sanctitátem et ad apostolátum in Ecclésia præcónem effecísti, eius intercessióne et exémplo concéde, ut, per cotidiánum labórem Iesu Fílio tuo configurémur et redemptiónis óperi ardénti amóre serviámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Dependiendo de la categoría de la celebración se escogen una (entre las dos primeras lecturas), o dos lecturas, y el Evangelio. En la memoria y las que se celebren como votivas se escogen las lecturas continuadas de la feria.

PRIMERA LECTURA Gén 2, 4 b-9. 15
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén para que lo cultivara
Lectura del libro del Génesis.

El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.
Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 2, 7-12 (R/.: Sal 117, 1a)
R. Alabad al Señor, todas las naciones
Laudáte Dóminum omnes gentes.

V. Voy ha proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy.
R. Alabad al Señor, todas las naciones
Laudáte Dóminum omnes gentes.

V. Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza».
R. Alabad al Señor, todas las naciones
Laudáte Dóminum omnes gentes.

V. Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando.
R. Alabad al Señor, todas las naciones
Laudáte Dóminum omnes gentes.

V. No sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!
R. Alabad al Señor, todas las naciones
Laudáte Dóminum omnes gentes.

SEGUNDA LECTURA Rom 8, 14-17
El Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos.

Hermanos:
Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Aleluya Mc 1, 17
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Venid conmigo, dice el Señor, y os haré pescadores de hombres. R.
Venite post me, dicit Dóminus, et faciam vos fieri piscatores hominum.

EVANGELIO Lc 5, 1-11
Desde ahora serás pescador de hombres
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a Ti, Señor.

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor.
R. Gloria a Ti, Señor Jesús.

(Se dice Credo).

Oración sobre la ofrendas
Recibe, Padre santo, estos dones que te ofrecemos en la conmemoración de san Josemaría, para que, por el sacrificio de Cristo ofrecido en el ara de la Cruz, que se hace presente en el sacramento quieras santificar todas nuestras obras. Por Jesucristo nuestro Señor.
Suscipe, Sancte Pater, haec munera, quae tibi in commemoratione sancti Iosephmariae offerimus tu, per sacrificium a Christo in ara crucis oblatum, quod in sacramento repraesentatur, cuncta quae agimus sanctificare digneris. Per Christum.

PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
La presencia de los santos Pastores en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de san Josemaría, fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Quia sic tríbuis Ecclésiam tuam sancti N. festivitáte gaudére, ut eam exémplo piae conversatiónis corróbores, verbo praedicatiónis erúdias, gratáque tibi supplicatióne tueáris.
Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Mt 20, 28
El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.
Filius hóminis non venit ministrári, sed ministráre, et dare ánimam suam redemptiónem pro multis.

Oración después de la Comunión
Oremos: Señor Dios nuestro, los sacramentos que hemos recibido en la celebración de San Josemaría, fortalezcan en nosotros el espíritu de hijos adoptivos para que, fielmente unidos a tu voluntad, recorramos con alegría el camino de la santidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Sacramenta, quae sumpsimus, Domine Deus noster, in celebratione sancti Iosephmariae, spiritum adoptionis filiorum in nobis corroborent, tu, voluntati tuae fideliter inhaerentes, in sanctitatis via laeti ambulemus. Per Christum.