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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Formularios para la Misa exequial, fuera de tiempo pascual.

Difuntos y exequias
MISAS DE DIFUNTOS

I. EN LAS EXEQUIAS

A. Fuera del tiempo pascual

Antífona de entrada Cf. 4 Esd 2, 34-35
Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna.
Réquiem aetérnam dona eis, Dómine, et lux perpétua lúceat eis.

Oración colecta
Dios Padre omnipotente, nuestra fe confiesa que tu Hijo ha muerto y ha resucitado; por este misterio, concede bondadoso a tu siervo N., que se ha dormido en el Señor, alegrarse de resucitar por él. Él, que vive y reina contigo.
Deus, Pater omnípotens, cuius Fílium mórtuum fuísse et resurrexísse fides nostra fatétur, concéde propítius, ut hoc mystério fámulus tuus N., qui in illo dormívit, per illum resúrgere laetétur. Qui tecum.
O bien:
Oh, Dios, siempre dispuesto a la misericordia y al perdón, escucha nuestras súplicas por tu siervo N., a quien has llamado [hoy] a tu presencia, y, porque en ti creyó y esperó, condúcelo a la patria verdadera para que goce contigo de las alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, cui próprium est miseréri semper et párcere, te súpplices exorámus pro fámulo tuo N., quem (hódie) ad te migráre iussísti, ut, quia in te sperávit et crédidit, concédas eum ad veram pátriam perdúci, et gáudiis pérfrui sempitérnis. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Te presentamos, Señor, estas ofrendas implorando de tu bondad la salvación de tu siervo N.; concédele que tu Hijo Jesucristo, del que no dudó fuese su Salvador, sea para él Juez misericordioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pro fámuli tui N. salúte hóstias tibi, Dómine, supplíciter offérimus tuam cleméntiam deprecántes, ut, qui Fílium tuum pium Salvatórem esse non dubitávit, misericórdem Iúdicem invéniat. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

PREFACIO I DE DIFUNTOS
La esperanza de la resurrección en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Porque la vida de tus fieles, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
In quo nobis spes beátae resurrectiónis effúlsit, ut, quos contrístat certa moriéndi condício, eósdem consolétur futúrae immortalitátis promíssio.
Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris huius incolátus domo, aetérna in caelis habitátio comparátur.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de la comunión Cf. 4 Esd 2, 35-34
Brille, Señor, sobre ellos la luz eterna; vivan con tus santos por siempre, porque tú eres compasivo. Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna; vivan con tus santos por siempre, porque tú eres compasivo.
Lux aetérna lúceat eis, Dómine, cum Sanctis tuis in aetérnum, quia pius es. Réquiem aetérnam dona eis, Dómine, et lux perpétua lúceat eis, cum Sanctis tuis in aetérnum, quia pius es.

Oración después de la comunión
Señor y Dios, por el sacramento del Cuerpo de tu Hijo que nos dejó como viático, te pedimos en tu bondad que nuestro hermano N. llegue a la mesa eterna de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Dómine Deus, cuius Fílius in sacraménto Córporis sui viáticum nobis relíquit, concéde propítius, ut per hoc frater noster N. ad ipsam Christi pervéniat mensam aetérnam. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.


B. Fuera del tiempo pascual

Antífona de entrada
El Señor le abra las puertas del paraíso para que pueda volver a aquella patria donde no hay muerte, donde permanece la alegría sin fin.
Apériat ei Dóminus paradísi iánuam, ut ad illam pátriam revertátur, ubi mors non est, ubi aetérnum gáudium persevérat.

Oración colecta
Oh, Dios, misericordia de los pecadores y felicidad de tus santos, al cumplir [hoy] el deber humano de dar sepultura al cuerpo de tu siervo N., te pedimos le des parte en el gozo de tus elegidos y que, libre de las ataduras de la muerte, pueda presentarse ante ti el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, misericórdia peccatórum et tuórum beatitúdo Sanctórum, da, quaesumus, fámulo tuo N., cuius depositiónis (hódie) offícia humanitátis persólvimus, cum eléctis tuis beáti múneris portiónem, ut eum, a mortalitátis néxibus absolútum, in die resurrectiónis ante fáciem tuam praesentári concédas. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, que has puesto término a la vida presente para abrir las puertas de la eternidad, te suplicamos humildemente que, por la gracia de tu misericordia, escribas el nombre de tu siervo N. en el libro de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui posuísti praeséntis vitae términum, ut aeternitátis réseres intróitum, te súpplices deprecámur, ut nomen fámuli tui N. in libro vitae miseratiónis tuae gratia iúbeas cónscribi. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Muéstrate propicio, Señor, con tu siervo N., por quien te ofrecemos este sacrificio expiatorio en el día de su sepultura, y, si en algo quedó manchado por la culpa o por debilidad de su condición humana, que tu misericordia le perdone y purifique. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Adésto, Dómine, quaesumus, pro fámulo tuo N., cuius in die depositiónis hoc sacrifícium tibi placatiónis offérimus, ut, si qua ei peccáti mácula inhaesit aut vítium humánum infécit, dono tuae pietátis indúlgeas et abstérgeas. Per Christum.

PREFACIO II DE DIFUNTOS
Cristo ha muerto para nuestra vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él aceptó la muerte, uno por todos, para librarnos del morir eterno; es más, quiso entregar su vida para que todos tuviéramos vida eterna.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Ipse enim mortem unus accépit, ne omnes nos morerémur; immo unus mori dignátus est, ut omnes tibi perpétuo viverémus.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de la comunión Flp 3, 20-21
Aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.
Salvatórem exspectámus Dóminum nostrum Iesum Christum, qui reformábit corpus humilitátis nostrae configurátum córpori claritátis suae.

Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, te pedimos por tu siervo N. que [hoy] ha partido de este mundo, para que, purificado por este sacrificio y libre de pecado, lo admitas a las alegrías eternas de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Praesta, quaesumus, omnípotens Deus, ut fámulus tuus N., qui (hódie) de hoc saeculo migrávit, his sacrifíciis purgátus et a peccátis expedítus, resurrectiónis suscípiat gáudia sempitérna. Per Christum.

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