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lunes, 17 de octubre de 2016

Bautismo adultos: Lecturas del Antiguo Testamento.

Ritual de la Iniciación cristiana de adultos, 6-enero-1972 (ed. Española, reimpresión 2012)

Capítulo VI. TEXTOS DIVERSOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA INICIACIÓN DE LOS ADULTOS.

PARA LA CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO


388. A los nn. 253 y 345: Lecturas bíblicas para la iniciación cristiana fuera de la Vigilia pascual:

En la iniciación cristiana, fuera de la Vigilia pascual 

O bien, las lecturas del Antiguo Testamento indicadas para la Vigilia pascual.

LECTURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO (Leccionario V, págs. 65-71)
SOLO FUERA DEL TIEMPO PASCUAL

 Gén 15, 1-6. 18a.
Así será tu descendencia. A tu descendencia le daré esta tierra

Lectura del libro del Génesis.

EN aquellos dias, el Señor dirigió a Abrán, en una visión, la siguiente palabra:
«No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante».
Abrán contestó:
«Señor Dios, ¿qué me vas a dar si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?».
Abrán añadió:
«No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará».
Pero el Señor le dirigió esta palabra:
«No te heredará ese, sino que uno salido de tus entrañas será tu heredero».
Luego lo sacó afuera y le dijo:
«Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas».
Y añadió:
«Asi será tu descendencia».
Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia.
Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos:
«A tu descendencia le daré esta tierra».

Palabra de Dios

II  Gén 17, 1-8
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua

Lectura del libro del Génesis.

CUANDO Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo:
«Yo soy Dios todopoderoso, camina en mi presencia y sé perfecto. Yo concertaré una alianza contigo: te haré crecer sin medida».
Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».

Palabra de Dios.

III  Gén 35, 1-4. 6-7a
Retirad los dioses extranjeros que tengáis

Lectura del libro del Génesis.

En aquellos días, Dios dijo a Jacob:
«Anda, sube a Betel y establécete allí. Construye allí un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú».
Jacob dijo a toda su familia y a toda su gente:
«Retirad los dioses extranjeros que tengáis, purificaos y cambiaos de ropa. Subamos a Betel, donde construiré un altar al Dios que me escuchó en el peligro y me acompañó en mi viaje».
Ellos entregaron a Jacob los dioses extranjeros que tenían y los pendientes que llevaban. Jacob los enterró bajo la encina que hay junto a Siquén.
Jacob con toda su gente llego a Luz -que hoy es Betel-, en tierra de Canaán. Allí construyó un altar y llamó al lugar «El Betel».

Palabra de Dios

IV  Dt 30, 15-20
Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia

Lectura del libro del Deuteronomio.

Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que jur
dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios.

V  Jos 24, 1-2a. 15-17. 18b-25a
Serviremos al Señor: ¡porque él es nuestro Dios!

Lectura del libro de Josué.

EN aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los magistrados. Y se presentaron ante Dios.
Josué dijo a todo el pueblo:
«Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres alotro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor».
El pueblo respondió:
«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre
todos los pueblos por los que atravesamos.
También nosotros serviremos al Señor, ¡porque él es nuestro Dios!».
Y Josué dijo al pueblo:
«No lograreis servir al Señor, porque es un Dios santo, un Dios celoso. No perdonará vuestros delitos ni vuestros pecados. Si abandonáis al Señor y servís a dioses extranjeros, él también se volverá contra vosotros y, después de haberos hecho tanto bien, os maltratará y os aniquilará».
El pueblo le respondió:
«¡No! Nosotros serviremos al Señor»
Josué insistió:
«Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido al Señor para servirle». Respondieron:
«¡Testigos somos!».
«Entonces, quitad de en medio los dioses extranjeros que conserváis, e inclinad vuestro corazón hacia el Señor, Dios de Israel».
El pueblo respondió:
«Al Señor nuestro Dios serviremos y obedeceremos su voz!».
Aquel día Josué selló una alianza.

Palabra de Dios.

VI  2 Re 5, 9-15a
Naamán bajó y se bañó en e
l Jordán siete veces, y quedó limpio
Lectura del segundo libro de los Reyes.

EN aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, con sus carros y caballos se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:
«Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio».
Naamán se puso furioso y se marchó diciendo:
«Yo me había dicho: "Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra". El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio».
Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:
«Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa dificil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho:"Lávate y quedarás limpio"!».
Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».

Palabra de Dios.

VII  Is 44, 1-3. (Leccionario VIII, pág. 19)
Derramaré mi espíritu sobre tu estirpe
Lectura del libro de Isaías.

ESCUCHA, Jacob, siervo mío,
Israel, mi elegido.
Esto dice el Señor que te hizo,
que te formó en el vientre y te auxilia:
«No temas, siervo mío, Jacob,
a quien corrijo, mi elegido;
derramaré agua sobre el suelo sediento,
arroyos en el páramo;
derramaré mi espíritu sobre tu estirpe
y mi bendición sobre tus vástagos».

Palabra de Dios.

VIII  Jer 31, 31-34
Escribiré en sus corazones mi ley
Lectura del libro de Jeremías.

YA llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-.
Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días -oráculo del Señor-: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: «Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -oráculo del Señor- cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.

Palabra de Dios.

IX  Ez 36, 24-28
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias

Lectura de la profecía de Ezequiel.

ESTO dice el Señor:
«Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios».

Palabra de Dios.

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