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martes, 18 de octubre de 2016

Bautismo adultos: Lecturas del Nuevo Testamento.

Ritual de la Iniciación cristiana de adultos, 6-enero-1972 (ed. Española, reimpresión 2012)

Capítulo VI. TEXTOS DIVERSOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA INICIACIÓN DE LOS ADULTOS.

PARA LA CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO


388. A los nn. 253 y 345: Lecturas bíblicas para la iniciación cristiana fuera de la Vigilia pascual:

En la iniciación cristiana, fuera de la Vigilia pascual

LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO (Leccionario V, págs. 72-81)
SIEMPRE EN TIEMPO PASCUAL; TAMBIÉN PUEDE USARSE FUERA DEL TIEMPO PASCUAL

 Hch 2, 14a. 36-40a. 41-42.
Sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

El día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó:
«Convertios y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espiritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a si el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba.
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.
Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.

Palabra de Dios.

II  Hch 8, 26-38
Mira, agua ¿Qué dificultad hoy en que me bautice?
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

EN aquellos días, un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:
«Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.El Espíritu dijo a Felipe:
«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contesto:
«¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?».
E invitó a Felipe a subir y a sentarse con el. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
«Como cordero fue llevado al matadero,
como oveja muda ante el esquilador,
así no abre su boca.
En su humillación no se le hizo justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia?
Pues su vida ha sido arrancada de la tierra».
El eunuco preguntó a Felipe:
«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?, ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó.

Palabra de Dios.

III  (forma larga) Rom 6, 3-11
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte; andemos en una vida nueva
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:
Cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Pues si hemos sido incorporados a él en una muerte como la suya, lo seremos también en una resurrección como la suya; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo, para que fuera destruido el cuerpo de pecado, y, de este modo, nosotros dejáramos de servir al pecado, porque
quien muere ha quedado libre del pecado.
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque quien ha muerto, ha muerto al pecado de una vez para siempre, y quien vive, vive para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

III  (forma breve) Rom 6, 3-4. 8-11
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte; andemos en una vida nueva
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:
Cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con el en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque quien ha muerto, ha muerto al pecado de una vez para siempre; y quien vive, vive para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús

Palabra de Dios

IV  Rom 8, 28-32 35 37-3
¿Quién nos separará del amor de Cristo?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio.
Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Después de esto, ¿qué diremos? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién nos separará del amor de Cristo, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto vencemos de sobra gracias a aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separamos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús
nuestro Señor.

Palabra de Dios.

V  1 Cor 12, 12-13
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

HERMANOS:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios.

VI  Gál 3, 26-28
Cuantos habéis sido bautizados os habéis revestido de CristoLectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

HERMANOS:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo.
No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

VII  Ef 1, 3-10. 13-14
Él nos ha destinado por medio de Jesús, a ser sus hijos
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

BENDITO sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
conforme a la riqueza de la gracia
que en su sabiduría y prudencia
ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad:
el plan que había proyectado realizar por Cristo,
en la plenitud de los tiempos:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
En él también vosotros,
después de haber escuchado la palabra de la verdad
-el evangelio de vuestra salvación-,
creyendo en él
habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido.
Él es la prenda de nuestra herencia,
mientras llega la redención del pueblo de su propiedad,
para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios

VIII  Ef 4, 1-6
Un Señor, una fe, un bautismo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.

Palabra de Dios.

IX  Col 3, 9b-17
Revestíos del hombre nuevo, como elegidos de DiosLectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

Os hacéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.
Así pues, como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.
Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.
Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Palabra de Dios.

X  Tit 3, 4-7
Nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu SantoLectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito.

QUERIDO hermano:
Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros  por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna.

Palabra de Dios.

XI  Heb 10, 22-25
Con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura
Lectura de la carta a los Hebreos.

HERMANOS:
Acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura.
Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.
Fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad y a las buenas obras; no faltemos a las asambleas, como suelen hacer algunos, sino animémonos tanto más cuanto más cercano veis el Día.

Palabra de Dios.

XII  1 Pe 2, 4-5.9-10
Vosotros sois un linaje elegido, un sacerdocio real

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

QUERIDOS hermanos:
Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Vosotros sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
Los que antes erais «no-pueblo», ahora sois «pueblo de Dios», los que antes erais «no compadecidos», ahora sois «objeto de compasión».

Palabra de Dios.

XIII  Ap 19, 1. 5-9a
Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero
Lectura del libro del Apocalipsis.

Yo, Juan, of en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que decía:
«¡Aleluya! La salvación, a gloria y el poder son de nuestro Dios».
Y salió una voz del trono que decía:
«Alabad a nuestro Dios sus siervos todos, los que lo teméis,
pequeños y grandes».
Y oí como el rumor de una muchedumbre inmensa, como el rumor de muchas aguas, y como el fragor de fuertes truenos que decían:
«Aleluya. Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de
todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Llegó la boda del Cordero, su esposa se ha embellecido, y se le ha concedido vestirse de lino resplandeciente y puro -el lino son las buenas obras de los santos-».
Y me dijo:
«Escribe: "Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero"».

Palabra de Dios.

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