CAPÍTULO VII. FORMULARIOS DE MISAS
I
Misal Romano (tercera edición)
II. EN LA CELEBRACIÓN DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS
Siempre que la sagrada unción se confiera dentro de la misa, en los días en que se permiten las misas rituales, se puede emplear la misa por los enfermos con color blanco y prefacio de la unción de enfermos.
Todas las oraciones que se proponen por un varón, se pueden adaptar para las mujeres cambiando el género; y las formuladas en plural se pueden utilizar en singular cambiando el número.
Por los enfermos
Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Misericordia, Señor, que desfallezco, cura, Señor, mis huesos dislocados. Tengo el alma en delirio.
Miserére mei, Dómine, quóniam infírmus sum; sana me, Dómine, quóniam conturbáta sunt ossa mea, et ánima mea turbáta est valde.
O bien: Cf. Is 53, 4
El Señor soportó nuestros sufrimientos, y aguantó nuestros dolores.
Vere languóres nostros Dóminus tulit, et dolóres nostros ipse portávit.
Oh, Dios, tú quisiste
que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades para manifestar
el valor de la enfermedad y la paciencia humana; escucha benévolo
nuestras plegarias por los hermanos enfermos, y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia
de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a Cristo en su pasión para la redención del
mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui languóres nostros voluísti ab
Unigénito Fílio tuo portári, ut infirmitátis et patiéntiae
virtútem osténderes humánae, preces nostras pro frátribus in
aegritúdine pósitis benígnus exáudi, et praesta, ut, qui
dolóribus, aerúmnis aliísve morbis premúntur, et inter eos qui
beáti praedicántur se séntiant eléctos, et Christo pro mundi
salúte patiénti se sciant unítos. Per Dóminum.O bien:
Dios todopoderoso y
eterno, salvación eterna de cuantos creen en ti, escucha las
oraciones que te dirigimos por tus siervos enfermos, para quienes
imploramos el auxilio de tu misericordia, para que, recuperada su
salud, puedan ofrecer la acción gracias en tu Iglesia. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Omnípotens sempitérne Deus, salus aetérna credéntium,
exáudi nos pro fámulis tuis infírmis, pro quibus misericórdiae
tuae implorámus auxílium, ut, réddita sibi sanitáte, gratiárum
tibi in Ecclésia tua réferant actiónes. Per Dóminum.
Oh. Dios, bajo cuya
providencia transcurre cada instante de la vida, recibe las súplicas
y oblaciones que te ofrecemos implorando tu misericordia a favor de
los hermanos enfermos, y así, quienes tememos por su enfermedad, nos
alegremos de su salud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, cuius nútibus vitae nostrae moménta decúrrunt, súscipe
preces et hóstias, quibus tuam pro frátribus aegrotántibus
misericórdiam implorámus, ut, de quorum perículo metúimus, de
eórum salúte laetémur. Per Christum.
PREFACIO
DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
EL
SUFRIMIENTO, PARTICIPACIÓN EN LA PASCUA DE CRISTO
74.
Este prefacio se puede decir en las misas de unción de los enfermos.
En verdad
es justo darte gracias, Dios de misericordia, Señor todopoderoso,
por Jesucristo, Señor y Redentor nuestro.
Porque has
querido que tu único Hijo, autor de la vida, médico de los cuerpos
y de las almas, tomase sobre sí nuestras debilidades, para
socorrernos en los momentos de prueba y santificarnos en la
experiencia del dolor.
En el
signo sacramental de la unción, por la oración de la Iglesia, nos
libras del pecado, nos confortas con la gracia del Espíritu Santo y
nos haces partícipes de la victoria pascual.
Por este
signo de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos, a una voz, el himno de tu gloria:
Santo,
santo Santo…
Antífona de la comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo
que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es
la Iglesia.
Adímpleo, quae desunt passiónum
Christi in carne mea, pro córpore eius, quod est Ecclésia.
Oh, Dios, singular
protector en la enfermedad humana, muestra el poder de tu auxilio con
tus siervos enfermos, para que, aliviados con el auxilio de tu
misericordia, merezcan presentarse sanos en tu santa Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, infirmitátis humánae singuláre praesídium, auxílii
tui super infírmos fámulos tuos osténde virtútem, ut, ope
misericórdiae tuae adiúti, Ecclésiae tuae sanctae incólumes
repraesentári mereántur. Per Christum.Al final de la misa, se puede utilizar una de las fórmulas de bendición que siguen:
Que Dios Padre te bendiga.
Benedícat te Deus Pater.
R. Amén.
Que el Hijo de Dios te devuelva la salud.
Sanet te Dei Fílius.
R. Amén.
Que el Espíritu Santo te ilumine.
Illúminet te Spíritus Sanctus.
R. Amén.
Que el Señor proteja tu cuerpo y salve tu alma.
Que el Señor proteja tu cuerpo y salve tu alma.
Corpus tuum custódiat et ánimam tuam salvet.
R. Amén.
Que ilumine tu corazón y te lleve a la vida eterna.
Que ilumine tu corazón y te lleve a la vida eterna.
Cor tuum collústret et te ad supérnam vitam perdúcat.
R. Amén.
Y bendice a todo el pueblo, añadiendo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo.
Y bendice a todo el pueblo, añadiendo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo.
Et vos omnes, qui hic simul adéstis, benedícat omnípotens Deus, Pater, et Fílius, + et Spíritus Sanctus.
R. Amén.
O bien:
Jesucristo, el Señor, esté siempre a tu lado para defenderte.
Dóminus Iesus Christus apud te sit ut te deféndat.
R. Amén.
Que él vaya delante de ti para guiarte y vaya detrás de ti para ayudarte.
Ante te sit ut te dedúcat, post te sit ut te múniat.
R. Amén.
Que él vele por ti, te sostenga y te bendiga.
Te respíciat, te consérvet atque te benedícat.
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo.
O bien:
Jesucristo, el Señor, esté siempre a tu lado para defenderte.
Dóminus Iesus Christus apud te sit ut te deféndat.
R. Amén.
Que él vaya delante de ti para guiarte y vaya detrás de ti para ayudarte.
Ante te sit ut te dedúcat, post te sit ut te múniat.
R. Amén.
Que él vele por ti, te sostenga y te bendiga.
Te respíciat, te consérvet atque te benedícat.
R. Amén.
Y bendice a todo el pueblo, añadiendo:Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠, y Espíritu Santo.
Et vos omnes, qui hic simul adéstis, benedícat omnípotens Deus, Pater, et Fílius, + et Spíritus Sanctus.
R. Amén.
R. Amén.
Por los moribundos
Antífona de
entrada Rom 14, 7-8
Ninguno de nosotros vive para sí
mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el
Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya
muramos, somos del Señor.
Nemo nostrum sibi vivit, et nemo
sibi móritur: sive enim vívimus, Dómino vívimus; sive mórimur,
Dómino mórimur. Sive ergo vívimus sive mórimur, Dómini sumus.
O bien: Cf. Is
53, 4
El Señor soportó nuestros
sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
Vere languóres Dóminus tulit, et
dolóres nostros ipse portávit.
Oración colecta
Dios omnipotente y misericordioso,
que, al decretar su muerte, abriste misericordiosamente al hombre las
puertas de la vida eterna, mira con piedad a tu siervo que lucha en
agonía, para que, asociado a la pasión de Cristo y sellado con su
Sangre, pueda presentarse ante ti limpio de todo pecado. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Omnípotens et miséricors Deus, qui
humáno géneri, per ipsum mortis institútum, ætérnæ vitæ áditum
misericórditer reserásti, réspice propítius fámulum tuum extrémo
agóne laborántem, ut, consociátus Fílii tui passióni et eius
sánguine signátus, tibi váleat immaculátus præsentári. Per
Dóminum.
O bien, por los
que van a morir hoy:
Dios omnipotente y misericordioso,
que manifiestas siempre tu amor a todas las criaturas, escucha con
bondad las súplicas que te dirigimos por los que hoy van a morir,
para que, redimidos por la preciosa Sangre de tu Hijo, puedan salir
de este mundo sin mancha de pecado y descansar para siempre en el
regazo de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens et miséricors Deus, qui
amórem tuum creatúris ómnibus ubíque maniféstas, audi benígne
preces quas pro hódie moritúris effúndimus, ut, pretióso sánguine
Fílii tui redémpti, absque peccáti mácula de hoc mundo váleant
exíre atque in sinu misericórdiæ tuæ perénniter requiéscere.
Per Dóminum.
Oración sobre
las ofrendas
Recibe, Señor, la ofrenda que
confiadamente te presentamos por tu siervo que se encuentra al final
de la vida y concédele, por ella, el perdón de todos sus pecados,
para que soportando los dolores que tú has dispuesto en esta vida
consiga el descanso eterno en la futura. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Súscipe, Deus, hóstiam, quam tibi
pro fámulo tuo in extrémo vitæ constitúto fidénter offérimus,
et da per eam univérsa illíus delícta purgári, ut, qui tuæ
dispositiónis ærúmnis in hac vita prémitur, in futúra réquiem
consequátur ætérnam. Per Christum.
Antífona de la
comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a
los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia.
Adímpleo quæ desunt passiónum
Christi in carne mea, pro córpore eius, quod est Ecclésia.
O bien: Io 6, 54
El que come mi carne y bebe mi
sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día,
dice el Señor.
Qui mandúcat meam carnem et bibit
meum sánguinem, habet vitam ætérnam, dicit Dóminus, et ego
resuscitábo eum in novíssimo die.
Oración después
de la comunión
Señor, dígnate confortar con
clemencia a tu siervo con tu gracia por la eficacia de este
sacramento, para que, en la hora de la muerte pueda vencer al enemigo
y merezca entrar con tus ángeles en la vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Per huius, Dómine, sacraménti
virtútem, fámulum tuum dignáre cleménter tua grátia sustinére,
ut in hora mortis contra se inimícum prævalére non vídeat, sed
cum Angelis tuis tránsitum habére mereátur ad vitam. Per Christum.
III. EN LA ADMINISTRACIÓN DEL VIÁTICO
Misal Romano (tercera edición)
Esta misa se
puede utilizar, con color blanco, en los días en que se permiten las
misas rituales.
Todas las
oraciones que se proponen para un varón, se pueden adaptar para las
mujeres cambiando el género; y las formuladas en plural se pueden
utilizar en singular cambiando el número.
Antífona de
entrada Cf. Sal 80, 17
Los alimentó con flor de harina y
los sació con miel silvestre [T.
P. Aleluya].
Cibávit eos ex ádipe fruménti, et
de petra melle saturávit eos (T. P.
allelúia).
O bien: Cf. Is
53, 4
El Señor soportó nuestros
sufrimientos y aguantó nuestros dolores [T.
P. Aleluya].
Vere languóres nostros Dóminus
tulit, et dolóres nostros ipse portávit (T.
P. allelúia).
Oración colecta
Oh, Dios, tu Hijo es para nuestros
el camino, la verdad y la vida; mira con piedad a tu siervo N.
y concédele que, confiando en tus promesas y renovado con el Cuerpo
de tu Hijo, llegue en paz a tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, cuius Fílius nobis est via,
véritas et vita, réspice cleménter fámulum tuum N.
et praesta, ut, tuis promissiónibus se commíttens, et Córpore
Fílii tui recreátus, ad regnum tuum progrediátur in pace. Per
Dóminum.
Oración sobre
las ofrendas
Padre santo, mira con bondad nuestro
sacrificio, que haga presente ante ti al Cordero pascual, cuya pasión
abrió las puertas del paraíso, e introduzca por tu gracia a tu
siervo N. en el reino eterno. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Sacrifícium nostrum, Pater sancte,
intuére benígnus, ut Agnum tibi paschálem repraeséntet, cuius
pássio paradísi iánuas reserávit, et fámulum tuum N.
in aetérnum munus per grátiam tuam introdúcat. Per Christum.
Antífona de la
comunión Cf. Jn 6, 54
El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día,
dice el Señor [T.
P. Aleluya].
Qui mandúcat meam carnem et bibit
meum sánguinem, habet vitam aetérnam, dicit Dóminus, et ego
resuscitábo eum in novíssimo die (T. P.
allelúia).
O bien: Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a
los padecimientos de Cristo, a favor de su cuerpo que es la Iglesia
[T. P.
Aleluya].
Adímpleo quae desunt passiónum
Christi in carne mea, pro córpore eius, quod est Ecclésia (T.
P. allelúia).
Oración después
de la comunión
Señor, que eres la salvación
eterna de los que creen en ti, concede a tu siervo N.,
fortalecido con el pan y la bebida celestial, llegar seguro al reino
de la luz y de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dómine, qui es salus aetérna in te
credéntium, praesta, quaesumus, ut fámulus tuus N.,
caelésti pane potúque reféctus, in regnum lúminis et vitae
secúrus pervéniat. Per Christum.
CAPÍTULO VIII. ORACIÓN PARA BENDECIR EL AGUA
259. Bendito seas, Señor, Dios todopoderoso, que te has dignado bendecirnos y transformarnos interiormente en Cristo, agua viva de nuestra salvación; haz, te pedimos, que los que nos protegemos con la aspersión o el uso de esta agua sintamos, por la fuerza del Espíritu Santo, renovada la juventud de nuestra alma y andemos siempre en una vida nueva.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Señor, Padre santo, dirige tu mirada sobre nosotros, que, redimidos por tu Hijo, hemos nacido de nuevo del agua y del Espíritu Santo en la fuente bautismal; concédenos, te pedimos, que todos los que reciban la aspersión de esta agua queden renovados en el cuerpo y en el alma y te sirvan con limpieza de vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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