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martes, 13 de diciembre de 2016

Plegaria Eucarística D 1.




PLEGARIA EUCARÍSTICA QUE PUEDE USARSE EN LAS MISAS POR DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS I.
La Iglesia, en camino hacia la unidad

1. El siguiente texto de esta plegaria eucarística puede usarse convenientemente con los formularios de las misas, por ejemplo, por la Iglesia, por el papa, por el obispo, para elegir a un papa o a un obispo, por el concilio o sínodo, por los sacerdotes, por el propio sacerdote, por los ministros de la Iglesia, en una reunión pastoral o espiritual.

V. El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
R. Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
V. Levantemos el corazón.
Sursum corda.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Habémus ad Dóminum.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
En verdad es justo y necesario darte gracias y cantarte un himno de gloria y de alabanza, Señor, Padre de infinita bondad.
Porque has reunido por medio del Evangelio de tu Hijo a hombres de todo pueblo, lengua y nación, en una única Iglesia, y por ella, vivificada por la fuerza de tu Espíritu, no dejas de congregar a todos los hombres en la unidad.
Ella manifiesta la alianza de tu amor, ofrece incesantemente la gozosa esperanza del reino, y resplandece como signo de tu fidelidad que nos prometiste para siempre en Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, con todas las potestades del cielo y con toda la Iglesia, te aclamamos en la tierra sin cesar, diciendo a una sola voz:
Vere dignum et iustum est tibi grátias ágere tibíque glóriae et laudis hymnum cánere, Dómine, Pater infinítae bonitátis.
Quia verbo Evangélii Fílii tui, ex ómnibus pópulis, linguis et natiónibus unam Ecclésiam collegísti, per quam, Spíritus tui virtúte vivificátam, omnes hómines in unum congregáre non désinis.
Ipsa tuae dilectiónis testaméntum maniféstans, spem beátam regni incessánter largítur ac véluti signum tuae fidelitátis respléndet quam in Christo Iesu Dómino nostro, in aetérnum promisísti.
Et ídeo, cum ómnibus caelórum Virtútibus, in terris te iúgiter celebrámus, cum univérsa Ecclésia una voce dicéntes:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt caeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

2. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad y digno de gloria, Dios que amas a los hombres, que siempre estás con ellos en el camino de la vida.
Vere Sanctus es et glorificándus, amátor hóminum Deus, qui semper illis ades in itínere vitae.

Bendito es, en verdad, tu Hijo, que está presente en medio de nosotros, cuando somos congregados por su amor, y como hizo en otro tiempo con sus discípulos, nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Vere benedíctus Fílius tuus, qui praesens est in médio nostri cum ab eius amóre congregámur, et sicut olim pro discípulis nobis Scriptúras áperit et panem frangit.

3. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso te rogamos, Padre misericordioso, que envíes tu Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y vino,
Rogámus ergo te, Pater clementíssime, ut Spíritum Sanctum tuum emíttas, qui haec dona panis et vini sanctíficet,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y + la Sangre
ut nobis Corpus et + Sánguis fiant
Junta las manos.
de Jesucristo, nuestro Señor.
Dómini nostri Iesu Christi.

4. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor deben pronunciarse claramente y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
El cual, la víspera de su pasión, en la noche de la última cena,
Qui prídie quam paterétur, in suprémae nocte Cenae,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
accépit panem et benedíxit ac fregit, dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
ACCÍPITE ET MANDUCATE EX HOC OMNES: HOC ESTE ENIM CORPUS MEUM, QUOD PRO VOBIS TRADETUR.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.

5. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Símili modo, postquam cenátum est
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, te dio gracias y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
accípiens et cálicem, tibi grátias egit, dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ACCÍPITE ET BÍBITE EX EO OMNES: HIC EST ENIM CALIX SÁNGUINIS MEI NOVI ET AETÉRNI TESTAMENTI, QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.
HOC FÁCITE IN MEAM COMMEMORATIONEM.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

6. Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Éste es el Misterio de la fe.
Mystérium fídei:
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Mortem tuam annuntiámus, Dómine, et tuam resurrectiónem confitémur, donec vénias.
O bien:
Aclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Quotiescúmque manducámus panem hunc et cálicem bíbimus, mortem tuam annuntiámus, Dómine, donec vénias.
O bien:
Proclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Sálvanos, Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Salvátor mundi, salva nos, qui per crucem et resurrectiónem tuam liberásti nos.

7. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Por eso, Padre santo, al celebrar el memorial de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, al que condujiste por su pasión y muerte en cruz a la gloria de la resurrección, y lo sentaste a tu derecha, anunciamos la obra de tu amor hasta que él venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de bendición.
Unde et nos, Pater sancte, mémores Christi Fílii tui Salvatóris nostri, quem per passiónem et mortem crucis ad resurrectiónis glóriam perduxísti et ad déxteram tuam sedére fecísti, opus tuae caritátis annuntiámus, donec ipse véniat, tibíque panem vitae et cálicem benedictiónis offérimus.

Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que se hace presente el sacrificio pascual de Cristo, que se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre el número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.
In oblatiónem Ecclésiae tuae, in qua paschále Christi sacrifícium nobis tráditum exhibémus, réspice propítius, et concéde, ut virtúte Spíritus caritátis tuae, inter Fílii tui membra, cuius Córpori communicámus et Sánguini, nunc et in diem aeternitátis numerémur.

Renueva, Señor, a tu Iglesia [que está en N.], con la luz del Evangelio.
Ecclésiam tuam, Dómine, (quae est N.), lúmine rénova Evangélii.

Consolida el vínculo de unidad entre los fieles y los pastores de tu pueblo, con nuestro papa N., nuestro obispo N.,
Vínculum unitátis confírma inter fidéles et pastóres plebis tuae, una cum Papa nostro N. et Epíscopo nostro N.
Aquí se puede hacer mención del obispo coadjutor o de los obispos auxiliares: [con el obispo coadjutor (auxiliar) N., o bien: y sus obispos auxiliares, El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: conmigo, indigno siervo tuyo, o bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario diocesano, dice: con mi hermano N., obispo de esta Iglesia de N., y conmigo, indigno siervo tuyo.]
y todo el orden episcopal, para que tu pueblo brille, en este mundo dividido por las discordias, como signo profético de unidad y de paz.
et univérso órdine episcopáli, ut pópulus tuus, hoc in mundo discórdiis laceráto, unitátis et concórdiae prophéticum signum elúceat.

Acuérdate de nuestros hermanos [N. y N.], que se durmieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe solo tú conociste: admítelos a contemplar la luz de tu rostro y dales la plenitud de la vida en la resurrección.
Meménto fratrum nostrórum (N. et N.), qui in pace Christi tui dormiérunt omniúmque defunctórum, quorum fidem tu solus cognovísti: eos ad lumen vultus tui fruéndum admítte et in resurrectióne dona eis vitae plenitúdinem.

Y, terminada nuestra peregrinación por este mundo, concédenos, también, llegar a la morada eterna donde viviremos siempre contigo y con santa María, la Virgen Madre de Dios, con los apóstoles y los mártires, [con san N.: santo del día o patrono], y, en comunión con todos los santos, te alabaremos y te glorificaremos
Concéde nos quoque, terréna exácta peregrinatióne, ad aetérnam perveníre mansiónem, ubi tecum semper vivémus et cum beáta Vírgine Dei Genetríce María, cum Apóstolis et martyribus, (cum Sancto N.: Sancto diei vel patrono) Sanctísque ómnibus communicántes, te laudábimus et magnificábimus
Junta las manos.
Por Jesucristo, Señor nuestro.
per Iesum Christum, Fílium tuum.

8. Toma la patena con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Per ipsum, et cum ipso, et in ipso, est tibi Deo Patri omnipoténti, in unitáte Spíritus Sancti, omnis honor et glória per ómnia saecula saeculórum.
El pueblo aclama:
Amén.

Después sigue el rito de la comunión.

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