Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Carta circular sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales (16 de enero de 1988)
30. Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, además de la procesión solemne, que se acaba de describir, el Misal ofrece otras dos posibilidades, no para fomentar la comodidad y la facilidad, sino en previsión de la dificultades que puedan impedir la organización de una procesión.
La segunda forma de la conmemoración es una entrada solemne, que tiene lugar cuando no puede hacerse la procesión fuera de la iglesia. La tercera forma es la entrada sencilla, que ha de hacerse en todas las Misas de este domingo en las que no ha tenido lugar la entrada solemne.(35)
31. Donde no se puede celebrar la Misa es conveniente que se haga una celebración de la Palabra de Dios sobre la entrada mesiánica y la Pasión del Señor, ya sea el sábado por la tarde, ya el domingo a la hora más oportuna (36).
32. Durante la procesión los cantores y el pueblo cantan los cantos indicados en el Misal Romano como son el salmo 23 el salmo 46, y otros cantos apropiados en honor de Cristo Rey.
33. La historia de la Pasión goza de una especial solemnidad. Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote.
Para la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al sacerdote (37).
Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la preceden.
34. Terminada la lectura de la Pasión no se omita la homilía.
(35) Cf. Misal Romano, Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, n. 16.
(36) Cf. Ibidem, n.19.
(37) Cf. Ibidem, n. 22. Para la misa que el obispo preside, cf. Caeremoniale episcoporum, n. 74.
CALENDARIO
3 LUNES. SANTO TOMÁS, apóstol, fiesta
Fiesta de santo Tomás, apóstol, quien, al anunciarle los otros discípulos que Jesús había resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado traspasado por la lanza y le dijo que pusiera su mano en él, exclamó: «Señor mío y Dios mío». Y con esta fe que experimentó es tradición que llevó la palabra del Evangelio a los pueblos de la India (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la fiesta (rojo).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. Apóstoles, conveniente PE I. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Ef 2, 19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
- Sal 116. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
- Jn 20, 24-29. ¡Señor mío y Dios mío!
* Hoy no se permiten las Misas de difuntos, excepto la exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum.
Martirologio: elogs. del 4 de julio, pág. 396.
TEXTOS MISA
Elogio del martirologio
Fiesta de santo Tomás, apóstol,
quien, al anunciarle los otros discípulos que Jesús había
resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado
traspasado por la lanza y le dijo que pusiera su mano en él,
exclamó: «Señor mío y Dios mío». Y con esta fe que experimentó
es tradición que llevó la palabra del Evangelio a los pueblos de la
India. (s. I)
3 de julio SANTO TOMÁS, Apóstol Fiesta |
Die 3 iulii S. THOMAE, APOSTOLI Festum |
Antífona de entrada Sal 117, 28. 21 Tú eres mi Dios, te doy gracias, Dios mío, yo te ensalzo. Te doy gracias, porque fuiste mi salvación. |
Antiphona ad introitum Cf. Ps 117,28. 21 Deus meus es tu, et confitébor tibi: Deus meus es tu, et exaltábo te; confitébor tibi, quóniam factus es mihi in salútem. |
Se dice Gloria. | Dicitur Gloria in excélsis. |
Oración colecta
Dios todopoderoso, concédenos alegrarnos en la
festividad del apóstol santo Tomás, para que nos ayude siempre
con su protección, y que los creyentes en Jesucristo, tu Hijo, a
quien tu apóstol reconoció como su Señor, tengamos vida en su
nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.
|
Collecta Da nobis, omnípotens Deus, beáti Thomae apóstoli festivitáte gloriári, ut eius semper et patrocíniis sublevémur, et vitam credéntes habeámus in nómine eius, quem ipse Dóminum agnóvit, Iesum Christum Fílium tuum. Qui tecum. |
LITURGIA DE LA
PALABRA
Lecturas propias
de la fiesta de Santo Tomás, apóstol (Lec. IV).
PRIMERA
LECTURA Ef 2, 19-22
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.
Hermanos:
Ya no sois extranjeros ni forasteros,
sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y
el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio
queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo
consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en
la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios.
R. Te
alabamos, Señor.
Salmo
responsorial Ps 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R.
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. | Euntes in mundum universum, praedicate Evangelium. |
O bien: Aleluya.
V. Alabad
al Señor todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R.
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. | Euntes in mundum universum, praedicate Evangelium. |
V. Firme
es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. | Euntes in mundum universum, praedicate Evangelium. |
Aleluya Jn
20, 29
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. Porque me has visto, Tomás, has creído —dice el Señor—; bienaventurados los que crean sin haber visto. R. | Quia vidisti me, Thoma, credidisti, dicit Dominus; beati qui non viderunt et crediderunt. |
EVANGELIO
Jn 20, 24-29
¡Señor mío y
Dios mío!
╬
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria
a ti, Señor.
Tomás, uno de los Doce, llamado el
Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros
discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de
los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto
la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez
dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando
cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino
creyente».
Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído?
Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Palabra del Señor.
R.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Del Papa Benedicto XVI, Audiencia General 27 de septiembre de 2006
El caso del apóstol Tomás es importante para nosotros al menos por tres motivos: primero, porque nos conforta en nuestras inseguridades; en segundo lugar, porque nos demuestra que toda duda puede tener un final luminoso más allá de toda incertidumbre; y, por último, porque las palabras que le dirigió Jesús nos recuerdan el auténtico sentido de la fe madura y nos alientan a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de fidelidad a él.
Oración de los
fieles
393. Tenemos
un sólo Dios, un sólo mediador, Jesucristo: dirijamos por él al
Padre plegarias y oraciones y súplicas por todos los hombres.
- Por la Iglesia, una, santa católica
y apostólica: para que se edifique y crezca hasta llegar a la
plenitud de Cristo. Roguemos al Señor.
- por el Papa, sucesor de Pedro: para
que presida en caridad las Iglesias de occidente y oriente. Roguemos
al Señor.
- Por los marginados, por los
encarcelados, por los que sufren a causa de la fe en Cristo o de sus
convicciones religiosas: para que encuentren ayuda, consuelo y
liberación. Roguemos al Señor.
- Por la paz y la solidaridad
universales: para que se destierren las guerras, se acaben las
discordias y reine la armonía entre los hijos de un mismo Padre.
Roguemos al Señor.
- Por los que celebramos los misterios
de la Pascua del Señor: para que nos alegremos de compartir su
pasión para desbordar de gozo el día en que se manifestará su
gloria. Roguemos al Señor.
Señor Dios
nuestro, tú has instruido a todos los pueblos con la predicación
del apóstol santo Tomás, concede a cuantos celebramos hoy su fiesta
ser, como él fue, testigos de tu verdad ante el mundo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Te presentamos, Señor, el servicio que te es
debido, suplicando humildemente
que conserves tus dones en nosotros al ofrecerte el sacrificio de alabanza en la confesión de santo Tomás apóstol. Por Jesucristo, nuestro Señor. |
Super oblata Débitum tibi, Dómine, nostrae réddimus servitútis, supplíciter exorántes, ut in nobis tua múnera tueáris, qui in confessióne beáti Thomae apóstoli laudis tibi hóstias immolámus. Per Christum. |
PREFACIO I DE LOS APÓSTOLES Los Apóstoles, pastores del pueblo de Dios. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, Pastor eterno, no abandonas nunca a tu rebaño, sino que por medio de los santos apóstoles lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guías a los mismos pastores a quienes tu Hijo estableció como enviados suyos. Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo... |
PRAEFATIO I DE APOSTOLIS De Apostolis pastoribus populi Dei Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: Qui gregem tuum, Pastor aetérne, non déseris, sed per beátos Apóstolos contínua protectióne custódis, ut iísdem rectóribus gubernétur, quos Fílii tui vicários eídem contulísti praeésse pastóres. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes: Sanctus, Sanctus, Sanctus... |
PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO. | PREX EUCHARISTICA I seu CANON ROMANUS. |
Antífona de comunión Cf. Jn 20, 27
Trae tu mano y métela en el agujero de los
clavos: y no seas incrédulo sino creyente.
|
Antiphona ad communionem Cf. Jn 20, 27 Mitte manum tuam, et cognósce loca clavórum: et noli esse incrédulus, sed fidélis. |
Oración después de la comunión
Oh, Dios, hemos recibido realmente en este
sacramento el Cuerpo de tu Unigénito, concédenos, te rogamos,
que cuantos le hemos reconocido por la fe como Señor y Dios
nuestro, a ejemplo del apóstol Tomás, lo confesemos también con
las obras y la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
|
Post communionem Deus, cuius Unigéniti Corpus in hoc veráciter suscípimus sacraménto, praesta, quaesumus, ut, quem Dóminum Deúmque nostrum cum apóstolo Thoma fide cognóscimus, ipsum ópere quoque profiteámur et vita. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum. |
Se puede utilizar la bendición solemne
de los Apóstoles. Dios que os ha edificado sobre el cimiento de los apóstoles, por la intercesión gloriosa de los santos apóstoles N. y N. (de san N., apóstol), os llene de sus bendiciones. R. Amén. Quien os ha enriquecido con la palabra y el ejemplo de los apóstoles os conceda su ayuda para que seáis testigos de la verdad ante el mundo. R. Amén. Para que así obtengáis la heredad del reino eterno, por la intercesión de los apóstoles, por cuya palabra os mantenéis firmes en la fe. R. Amén. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. R. Amén. |
Adhiberi potest formula benedictionis
sollemnis. De Apostolis. Deus, qui vos in apostólicis tríbuit consístere fundaméntis, benedícere vobis dignétur beati Apostoli N. méritis intercedéntibus gloriósis. R. Amen. Et apostólicis praesídiis vos pro cunctis fáciat testes veritátis, qui vos eórum munerári documéntis vóluit et exémplis. R. Amen. Ut eórum intercessióne ad aetérnae pátriae hereditátem perveníre possítis, per quorum doctrínam fídei firmitátem possidétis. R. Amen. Et benedíctio Dei omnipoténtis, Patris, et Fílii, + et Spíritus Sancti, descéndat super vos et máneat semper. R. Amen. |
MARTIROLOGIO
Elogios del día 4 de julio
Santa Isabel, reina de Portugal, admirable por su desvelo en con seguir que hiciesen las paces reyes enfrentados y por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, el rey Dionisio, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de Santa Clara de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado, y en este mismo monasterio murió, cuando se ocupaba en conseguir la reconciliación de un hijo y un nieto suyos enfrentados (1336).
2. En África, san Jocundiano,
mártir (s. inc.).
3. En Vatan, en la región de Bourges,
en Aquitania, san Lauriano, mártir (s. III/IV).
4*. En Cahors, en Aquitania, san
Florencio, obispo, alabado por san Paulino de Nola como hombre
humilde de corazón, fuerte en la gracia y dulce en la palabra (s.
V).
5*. En Langres, en Aquitania también,
san Valentín, presbítero y eremita (c. s. V).
6*. En Blangy, en la región de la
Galia Atrebatense, santa Berta, abadesa, la cual, habiendo
ingresado junto con sus hijas Gertrudis y Deotila en el monasterio
que ella misma había fundado, pasados unos años se encerró en una
celda, donde vivió en completa clausura (c. 725).
7. En Erissos, en la isla de Lesbos,
tránsito de san Andrés de Creta, obispo de Gortinia, que
cantó a Dios con admirable arte mediante oraciones, himnos y
cánticos, y exaltó a la Madre de Dios, la Virgen inmaculada y
asunta a los cielos (740).
8. En Augsburgo, ciudad de Baviera, san
Udalrico, obispo, ilustre por su admirable abstinencia, su
generosidad y sus vigilias, falleciendo nonagenario después de haber
sido obispo durante cincuenta años (973).
9*. En Florencia, ciudad de la Toscana,
beato Juan de Vespignano (s. XIII/XIV).
10*. En Dorchester, en Inglaterra,
beatos mártires Juan, presbítero, apellidado Cornelio y
admitido en la Compañia de Jesús hacía poco tiempo, y los seglares
que con él colaboraban, Tomás Borgrave, Juan Carey y Patricio
Salmon, todos los cuales, en tiempo de la reina Isabel I,
glorificaron juntos a Cristo con el martirio (1594).
11*. En York, también en Inglaterra,
beatos mártires Guillermo Andleby, presbítero, y Enrique
Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, seglares, que durante la
misma persecución fueron condenados a la pena capital por su
fidelidad a la Iglesia y, pasando por crueles suplicios, volaron al
Cielo, donde recibieron el premio eterno (1597).
12. En la región de los hurones, en
Canadá, san Antonio Daniel, presbítero de la Compañía de
Jesús y mártir, que después de haber celebrado la misa y estando a
la puerta de la iglesia protegiendo a sus neófitos ante el ataque de
unos paganos, fue herido con flechas y después quemado. Su memoria y
la de sus compañeros mártires se celebra el diecinueve de octubre
(1648).
13*. En Mauriac, en Francia, beata
Catalina Jarrige, virgen, de la Tercera Orden de Santo Domingo,
célebre por su entrega a los pobres y a los enfermos, y que defendió
durante la Revolución Francesa a los sacerdotes perseguidos,
ayudándoles y visitándoles en la cárcel (1836).
14. En la ciudad de Wan-sha-wa, en la
provincia de Hunam, en China, san Cesidio Giacomantonio,
presbítero de la Orden de los Menores y mártir, que en la
persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento
Yihetuan, cuando intentaba proteger de las turbas el Santísimo
Sacramento, fue apedreado y, envuelto con un lienzo empapado en
petróleo, quemado vivo (1900).
15*. En Turín, ciudad de Italia,
beato Pedro Jorge Frassati, joven militante en varias
asociaciones de seglares católicos y gran deportista, que se entregó
alegremente y con todas sus fuerzas a las obras de caridad en favor
de pobres y enfermos, hasta que, atacado por una parálisis
fulminante, descansó en el Señor (1925).
16*. En el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato José Kowalski, mártir, que, en tiempo de guerra, fue encarcelado por Cristo y, después de terribles tormentos, consumó el martirio en la cárcel (1942).
16*. En el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato José Kowalski, mártir, que, en tiempo de guerra, fue encarcelado por Cristo y, después de terribles tormentos, consumó el martirio en la cárcel (1942).