Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

Preparación de la Misa

Preparación material

1. Leer en el Calendario Litúrgico vigente de la Diócesis donde se celebre la Misa.
2. Ir al Misal Romano y preparar los textos de la Misa indicada, o escoger entre las posibilidades que se indican la más conveniente para los fieles que participan: textos de la Misa, prefacio, plegaria eucarística, etc.
3. Escoger el Leccionario, y preparar las lecturas.
4. Preparar la homilía, si la hay, las moniciones y avisos, llevando a la oración los textos de la Misa seleccionados. Recogerse en oración (se pueden rezar algunas oraciones "ad libitum"). Sobre este tema es interesante leer: El sacerdote en la “Praeparatio” y en la Acción de Gracias de la Santa Misa, de la Oficina para las Celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice.
5. Ver la intención por la que hay que aplicar la Misa.
6. Comprobar que está todo preparado en el presbiterio:
- retirar el cubremanteles del altar, ver que los manteles están limpios.
- en la credencia:
     - cáliz, purificador limpio, patena con la forma grande, palia (si se usa) y
          corporal, que se pueden cubrir con el velo;
     - vinageras con agua y vino;
     - píxide o copón con formas para los fieles;
     - bandeja para la comunión de los fieles;
     - lavabo y manutergio.
7. Colocar los libros:
- el Misal, convenientemente señalado con las cintas, en el atril del altar o en la Sede (si no hay libro de la sede).
- el Libro de la Sede en su atril.
- el Leccionario abierto por la primera lectura sobre el ambón.
- Escoger la oración de los fieles.
8. Preparar a los ministros: acólitos, lectores, cantores (ver los cantos) y encargados de la colecta.
9. Encender la megafonía si hace falta, encender micrófonos y probarlos.
10. Encender las velas y las luces necesarias.
11. Lavarse las manos y tener a mano un pañuelo.
12. Revestirse con los ornamentos: amito (a no ser que la forma del alba no lo exija), alba, cíngulo, estola y casulla.

Mientras tanto se puede ir rezando por devoción:

Oraciones al revestirse

Lavabo. Da, Señor, la virtud a mis manos para que toda mancha sea removida y pueda servirte con una mente y un cuerpo puros.
Da, Dómine, virtútem mánibus meis ad abstergéndam omnem máculam; ut sine pollutióne mentis et córporis váleam tibi servíre.
Empezar con la señal de la cruz.
Amito. Impón, Señor, sobre mi cabeza el yelmo de salud, para combatir las asechanzas diabólicas.
Impóne, Dómine, cápiti meo gáleam salútis ad expugnándos diabólicos incúrsus.
Alba. Purifica, Señor, y limpia mi corazón, para que purificado con la sangre del Cordero merezca el gozo sempiterno.
Deálba me, Dómine, et munda cor meum; ut in Sánguine Agni dealbátus gáudiis pérfruar sempitérnis.
Cíngulo. Cíñeme, Señor, con el cíngulo de la pureza y extingue en mis miembros el humor libidinoso, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y castidad.
Præcínge me, Dómine, cíngulo puritátis et extíngue in lumbis meis humórem libídinis, ut máneat in me virtus continéntiæ et castitátis.
Estola. Devuélveme, Señor, el estado de inmortalidad, que perdimos con el pecado de nuestros primeros padres: y, aunque indigno de acercarme a tu sagrado misterio concédeme la eterna gloria.
Redde mihi, Dómine, stolam immortalitátis quam pérdidi in prævaricatióne primi paréntis, et quamvis indígnus accédo ad tuum sacrum mystérium, mérear tamen gáudium sempitérnum.
Casulla. Señor, que dijiste: mi yugo es suave y mi carga ligera; haz que lo lleve de tal manera, que me haga digno de conseguir tu gracia. Amén.
Dómine, qui dixísti: iugum meum suave est et onus meum leve: fac ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam. Amen.

Oraciones "ad libitum" de preparación de la Misa. (apéndice del Misal Romano)

Oración de S. Ambrosio
¡Oh mi piadoso Señor Jesucristo! Yo pecador, sin presumir de mis méritos, sino confiando en tu bondad y misericordia, temo y vacilo al acercarme a la mesa de tu dulcísimo convite, pues tengo el cuerpo y el alma manchados por muchos pecados, y no he guardado con prudencia mis pensamientos y mi lengua.
Ad mensam dulcíssimi convívii tui, pie Dómine Iesu Christe, ego peccátor de própriis meis méritis nihil praesúmens, sed de tua confídens misericórdia et bonitáte, accédere véreor et contremísco. Nam cor et corpus hábeo multis crimínibus maculátum, mentem et linguam non caute custodítam.
Por eso, oh Dios bondadoso, oh tremenda Majestad, yo, que soy un miserable lleno de angustias, acudo a ti, fuente de misericordia; a ti voy para que me sanes, bajo tu protección me pongo, y confío tener como salvador a quien no me atrevería a mirar como juez.
Ergo, o pia Déitas, o treménda maiéstas, ego miser, inter angústias deprehénsus, ad te fontem misericórdiae recúrro, ad te festíno sanándus, sub tuam protectiónem fúgio; et, quem Iúdicem sustinére néqueo, Salvatórem habére suspíro.
A ti, Señor, muestro mis heridas y presento mis flaquezas. Sé que mis pecados son muchos y grandes, y me causan temor, mas espero en tu infinita misericordia. 
Tibi, Dómine, plagas meas osténdo, tibi verecúndiam meam détego. Scio peccáta mea multa et magna, pro quibus tímeo: spero in misericórdias tuas, quarum non est númerus. 
Oh Señor Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre, clavado en la cruz por los hombres: mírame con tus ojos misericordiosos, oye a quien en ti espera; Tú que eres fuente inagotable de perdón, ten piedad de mis miserias y pecados.
Réspice ergo in me óculis misericórdiae tuae, Dómine Iesu Christe, Rex aetérne, Deus et homo, crucifíxus propter hóminem. Exáudi me sperántem in te: miserére mei pleni misériis et peccátis, tu qui fontem miseratiónis numquam manáre cessábis.
Salve, víctima de salvación inmolada por mí y por todos los hombres en el patíbulo de la cruz. Salve, noble y preciosa sangre, que sales de las llagas de mi Señor Jesucristo crucificado y lavas los pecados de todo el mundo. 
Salve, salutáris víctima, pro me et omni humáno génere in patíbulo Crucis obláta. Salve, nóbilis et pretióse Sanguis, de vulnéribus crucifíxi Dómini mei Iesu Christi prófluens, et peccáta totíus mundi ábluens. 
Acuérdate, Señor, de esta criatura tuya, redimida por tu sangre. Me arrepiento de haber pecado y deseo enmendar mis errores. Aleja de mí, Padre clementísimo, todas mis iniquidades y pecados, para que, limpio de alma y cuerpo, sea digno de saborear al Santo de los santos.
Recordáre, Dómine, creatúrae tuae, quam tuo Sánguine redemísti. Paenitet me peccásse, cúpio emendáre quod feci. Aufer ergo a me, clementíssime Pater, omnes iniquitátes et peccáta mea, ut, purificátus mente et córpore, digne degustáre mérear Sancta sanctórum.
Concédeme que esta santa comunión de tu cuerpo y de tu sangre, que indigno me atrevo a recibir, sea el perdón de mis pecados, la perfecta purificación de mis delitos, aleje mis malos pensamientos y regenere mis buenos afectos; conceda eficacia salvadora a las obras que a ti te agradan; y, finalmente, sea la firmísima defensa de mi cuerpo y de mi alma contra las asechanzas de mis enemigos. Amén.
Et concéde, ut haec sancta praelibátio Córporis et Sánguinis tui, quam ego indígnus súmere inténdo, sit peccatórum meórum remíssio, sit delictórum perfécta purgátio, sit túrpium cogitatiónum effugátio ac bonórum sénsuum regenerátio, operúmque tibi placéntium salúbris efficácia, ánimae quoque et córporis contra inimicórum meórum insídias firmíssima tuítio. Amen.

Oración de S. Tomás de Aquino
Omnipotente y sempiterno Dios, he aquí que me acerco al sacramento de tu unigénito Hijo Jesucristo, Señor nuestro; me acerco como un enfermo al médico de la vida, como un inmundo a la fuente de la misericordia, como un ciego a la luz de la claridad eterna, como un pobre y necesitado al Señor de cielos y tierra.
Omnípotens sempitérne Deus, ecce accédo ad sacraméntum Unigéniti Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi, accédo tamquam infírmus ad médicum vitae immúndus ad fontem misericórdiae, caecus ad lumen claritátis aetérnae, pauper et egénus ad Dóminum caeli et terrae.
Imploro la abundancia de Tu infinita generosidad para que te dignes curar mi enfermedad, lavar mi impureza, iluminar mi ceguera, remediar mi pobreza y vestir mi desnudez, para que me acerque a recibir el Pan de los ángeles, al Rey de reyes y Señor de señores con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y piedad, con tanta pureza y fe, y con tal propósito e intención como conviene a la salud de mi alma.
Rogo ergo imménsae largitátis tuae abundántiam, quátenus meam curáre dignéris infirmitátem, laváre foeditatem, illumináre caecitátem, ditáre paupertátem, vestíre nuditátem, ut panem Angelórum, Regem regum et Dóminum dominántium, tanta suscípiam reveréntia et humilitáte, tanta contritióne et devotióne, tanta puritáte et fide, tali propósito et intentióne, sicut éxpedit salúti ánimae meae.
Te pido que me concedas recibir no sólo el sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor, sino la gracia y la virtud de ese sacramento.
Da mihi, quaeso, domínici Córporis et Sánguinis non solum suscípere sacraméntum, sed étiam rem et virtútem sacraménti.
Oh Dios benignísimo, concédeme recibir el cuerpo de tu unigénito Hijo Jesucristo, Señor nuestro, nacido de Virgen María, de tal modo que merezca ser incorporado a su cuerpo místico y contado entre sus miembros.
O mitíssime Deus, da mihi Corpus Unigéniti Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi, quod traxit de Vírgine María, sic suscípere, ut córpori suo mystico mérear incorporári et inter eius membra connumerári.
Oh Padre amantísimo, concédeme contemplar eternamente a tu querido Hijo, a quien, bajo el velo de la fe, me propongo recibir ahora. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
O amantíssime Pater, concéde mihi diléctum Fílium tuum, quem nunc velátum in via suscípere propóno, reveláta tandem fácie perpétuo contemplári: Qui tecum vivit et regnat in saecula saeculórum. Amen.

Oración a la Santísima Virgen María
Oh Madre de piedad y de misericordia, Santísima Virgen María, yo miserable e indigno pecador en ti confío con todo mi corazón y mi afecto; acudo a tu piedad para que, así como estuviste junto a tu dulcísimo Hijo, clavado en la cruz, también te dignes estar con clemencia junto a mí miserable pecador, y junto a todos los sacerdotes que aquí y en toda la santa Iglesia van a celebrar hoy, para que, ayudados con tu gracia, ofrezcamos una hostia digna y aceptable en la presencia de la suma y única Trinidad. Amén.
O Mater pietátis et misericórdiae, beatíssima Virgo María, ego miser et indígnus peccátor ad te confúgio toto corde et afféctu, et precor pietátem tuam, ut, sicut dulcíssimo Fílio tuo in Cruce pendénti astitísti, ita et mihi, mísero peccatóri, et sacerdótibus ómnibus, hic et in tota sancta Ecclésia hódie offeréntibus, cleménter assístere dignéris, ut, tua grátia adiúti, dignam et acceptábilem hóstiam in conspéctu summae et indivíduae Trinitátis offérre valeámus. Amen.

Intención de la S. Misa
Yo quiero celebrar el Santo Sacrificio de la Misa y hacer el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo según el rito de la Santa Iglesia Romana, para alabanza de Dios omnipotente y de toda la Iglesia triunfante, para mi beneficio y el de toda la Iglesia militante, por todos los que se encomendaron a mis oraciones en general y en particular, y por la feliz situación de la Santa Iglesia Romana. Amén. 
Ego volo celebráre Missam, et confícere Corpus et Sánguinem Dómini nostri Iesu Christi, iuxta ritum sanctae Románae Ecclésiae, ad laudem omnipoténtis Dei totiúsque Cúriae triumphántis, ad utilitátem meam totiúsque Cúriae militántis, pro ómnibus qui se commendavérunt oratiónibus meis in génere et in spécie, et pro felíci statu sanctae Románae Ecclésiae. Amen. 
El Señor omnipotente y misericordioso nos conceda la alegría con la paz, la enmienda de la vida, tiempo de verdadera penitencia, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo, y la perseverancia en las buenas obras. Amén.
Gáudium cum pace, emendatiónem vitae, spátium verae paeniténtiae, grátiam et consolatiónem Sancti Spíritus, perseverántiam in bonis opéribus, tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus. Amen.

Otras oraciones de devoción

A San José
¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios, a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo!
O felicem virum, beatum Ioseph, cui datum est Deum, quem multi reges voluerunt videre et non viderunt, audire et non audierunt, non solum videre et audire, sed portare, deosculari, vestire et custodire!
V. Ruega por nosotros, bienaventurado José.
Ora pro nobis, beate Ioseph.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Ut digni efficiamur promissionibus Christi.
Oh Dios, que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como san José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto cuerpo y sangre de tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Deus, qui dedisti nobis regale sacerdotium: praesta, quaesumus; ut, sicut beatus Ioseph unigenitum Filium tuum, natum ex Maria Virgine, suis manibus reverenter tractare meruit et portare, ita nos facias cum cordis munditia et operis innocentia tuis sanctis altaribus deservire, ut sacrosanctum Filii tui Corpus et Sanguinem hodie digne sumamus, et in futuro saeculo praemium habere mereamur aeternum. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

A los Ángeles y los Santos
Ángeles, Arcángeles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades, Virtudes de los cielos, Querubines y Serafines, Santos y Santas todos de Dios, especialmente mis Patronos, interceded por mí para que pueda ofrecer dignamente a Dios omnipotente este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre y en beneficio mío y de toda su Santa Iglesia. Amén
Angeli, Archangeli, Throni, Dominationes, Principatus, Potestates, Virtutes caelorum, Cherubim atque Seraphim, omnes Sancti et Sanctae Dei, praesertim Patroni mei, intercedere dignemini pro me, ut hoc sacrificium Deo omnipotenti digne valeam offerre, ad laudem et gloriam nominis sui et ad utilitatem meam totiusque Ecclesiae suae sanctae. Amen

Comunión espiritual
Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos.

Renovación intención
Señor, yo quiero in persona Christi renovar el divino sacrificio del Calvario de modo incruento, y consagrar el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Ofrenda al Amor Misericordioso
Padre Santo, por el Corazón Inmaculado de María, os ofrezco a Jesús vuestro Hijo muy amado, y me ofrezco a mí mismo, en El, por El y con El, a todas sus intenciones, y en nombre de todas las criaturas.

Introibo ad altare Dei
Me acercaré al altar de Dios.
Introibo ad altare Dei.
R. Al Dios que llena de alegría mi juventud.
Ad Deum qui laetificat iuventutem meam.
V. Júzgame Tú, Dios mío, y no abandones mi causa a merced de la gente malvada: líbrame del hombre perverso y falaz.
Iudica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta: ab homine iniquo, et doloso erue me.
R. Pues que Tú eres, oh Dios, mi fortaleza; ¿por qué me has desechado de Ti? ¿y por qué he de andar triste, cuando me aflige mi enemigo?
Quia tu es Deus fortitudo mea: quare me repulisti, et quare tristis incedo, dum affligit me inimicus?
V. Envíame tu luz y tu verdad: ellas me han de guiar y conducir a tu santo monte, hasta llegar a tus tabernáculos.
Emitte lucem tuam, et veritatem tuam: ipsa me deduxerunt, et adduxerunt in montem sanctum tuum et in tabernacula tua.
R. Y me acercaré al altar de Dios; al Dios que llena de alegría mi juventud.
Et introibo ad altare Dei: ad Deum qui laetificat iuventutem meam.
V. Cantaré tus alabanzas con la cítara, oh Dios, Dios mío; ¿por qué estás triste, alma mía, y por qué me llenas de turbación?
Confitebor tibi in cithara, Deus, Deus meus: quare tristis es anima mea, et quare conturbas me?
R. Espera en Dios, pues todavía he de cantarle alabanzas; por ser Él mi salvador y mi Dios.
Spera in Deo, quoniam adhuc confitebor illi: salutare vultus mei, et Deus meus.
Ant. No te acuerdes, Señor, de nuestros delitos, ni de los de nuestros padres: no te tomes venganza de nuestros pecados (T. P. Aleluya).
Ne reminiscaris Domine delicta nostra, vel parentum nostrorum: neque vindictam sumas de peccatis nostris. (T. P. Alleluia.)
Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Kyrie eleison. Christe eleison. Kyrie eleison.
Padre nuestro.
Pater noster.
V. No nos dejes caer en la tentación.
Et ne nos inducas in tentationem.
R. Y líbranos del mal.
Sed libera nos a malo.
V. Yo dije, Señor ten misericordia de mi.
Ego dixi, Domine miserere mei.
R. Cura mi alma, porque he pecado contra ti.
Sana animam meam, quia peccavi tibi.
V. Dirígete a nosotros, oh Señor, por un momento.
Convertere Domine aliquantulum.
R. Y ten piedad de tus siervos.
Et deprecare super servos tuos.
V. Que tu misericordia, oh Señor, sea con nosotros.
Fiat misericordia tua Domine super nos.
R. Tal como hemos esperado en ti.
Quemadmodum speravimus in te.
V. Que tus sacerdotes se vistan de justicia.
Sacerdotes tui induantur iustitiam.
R. Y que tus santos se regocijen.
Et sancti tui exsultent.
V. Límpiame de mis faltas ocultas, oh Señor.
Ab occultis meis munda me Domine.
R. Y de los pecados de otros, perdona a tu siervo.
Et ab alienis parce servo tuo.
V. Oh Señor, escucha mi oración.
Domine exaudi orationem meam.
R. Y llegue a ti mi clamor.
Et clamor meus ad te veniat.
V. El Señor esté con vosotros.
Dominus vobiscum.
R. Y con tu espíritu.
Et cum spiritu tuo.
Oremos:
Oh Dios clementísimo, escucha con piedad nuestras súplicas e ilumina nuestro corazón con la gracia del Espíritu Santo, para que merezcamos servir con dignidad a tus misterios y amarte con caridad eterna.
Aures tuae pietatis, mitissime Deus inclina precibus nostris, et gratia Sancti Spiritus illumina cor nostrum: ut tuis mysteriis digne ministrare, teque aeterna caritate diligere mereamur.
Oh Dios, que conoces nuestro corazón y nuestra voluntad, y que no ignoras ningún secreto: purifica nuestros pensamientos, infundiéndonos el Espíritu Santo, para que merezcamos amarte con perfección y alabarte dignamente.
Deus, cui omne cor patet, et omnis voluntas loquitur, et quem nullum latet secretum, purifica per infusionem Sancti Spiritus cogitationes cordis nostri: ut te perfecte diligere, et digne laudare mereamur.
Señor, enciende nuestras entrañas y nuestro corazón con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos con un cuerpo casto y te agrademos con un corazón limpio.
Ure igne Sancti Spiritus renes nostros et cor nostrum Domine: ut tibi casto corpore serviamus, et mundo corde placeamus.
Te pedimos, Señor, que el Paráclito que procede de Ti ilumine nuestro entendimiento y nos lleve a conocer la verdad, como tu Hijo nos prometió.
Mentes nostras, quaesumus Domine, Paraclitus, qui a te procedit, illuminet: et inducat in omnem, sicut tuus promisit Filius, veritatem.
Te pedimos, Señor, que nos asista el poder del Espíritu Santo, para que purifique con clemencia nuestros corazones y nos defienda de todos los peligros.
Adsit nobis, quaesumus Domine, virtus Spiritus Sancti: quae et corda nostra clementer expurget, et ab omnibus tueatur adversis.
Oh Dios, que iluminaste los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos, según el mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos.
Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti: da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de eius semper consolatione gaudere.
Te pedimos, Señor, que purifiques nuestras conciencias para que, al venir Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, encuentre preparada en nosotros su mansión. Él, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Conscientias nostras, quaesumus Domine, visitando purifica: ut veniens Dominus noster Iesus Christus Filius tuus, paratam sibi in nobis inveniat mansionem. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publico comentarios anónimos.